Un exceso de emisión infrarroja proveniente de una "mota de polvo" ubicada en el lugar donde a finales del siglo pasado se registró la explosión de una supernova ha permitido a varios astrónomos detectar un objeto compacto. Creen que se trata de una estrella de neutrones, y consideran que la detección en sí supone "una oportunidad sin precedentes" para hacer un seguimiento de la evolución estelar posterior a la explosión.
Las conclusiones al respecto las recoge un artículo de The Astrophysical Journal publicado este 30 de julio. La principal de ellas es la presencia de un objeto identificado como estrella de neutrones (NS 1987A) en lo que era la supernova SN 1987A. Los autores dicen que este último cuerpo celeste está "incrustado" en el remanente de lo que durante un breve periodo fue una supernova.
Puesto que la estrella de neutrones no se percibe en la luz visible, los investigadores tuvieron que descartar varias explicaciones posibles de las emisiones registradas por el radiotelescopio ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array), situado en Chile.
Además de la emisión térmica proveniente del entorno de la estrella de neutrones, la potente radiación infrarroja podía atribuirse a varios escenarios más. Los investigadores destacan entre ellos una descomposición de isótopos de titanio u otros elementos previamente registrada, una emisión magnetosférica, un viento producido al girar un púlsar o incluso la luminosidad de acreción de un agujero negro.
El autor principal del estudio, el astrofísico Dany Page de la Universidad Nacional Autónoma de México, relata que "estaba en pleno doctorado cuando ocurrió la supernova", que se convirtió en "uno de los acontecimientos más importantes" de su vida. "Me hizo cambiar el rumbo de mi carrera para tratar de desvelar el misterio", dijo para un comunicado que emitió este jueves la Universidad de Ohio (EE.UU.).
Page estima que la supernova 1987A es "una versión moderna del Santo Grial". "Pese a la gran complejidad de las explosiones de supernovas y las condiciones extremas que reinan dentro de las estrellas de neutrones, la existencia de una mancha de polvo caliente confirma varias predicciones", dijo el científico.
Las predicciones a las que se refiere son las que apuntan a que el objeto es una estrella de neutrones, una opinión que ya era mayoritaria en el primer año de observaciones, y otro miembro del equipo investigador, James Lattimer, de la Universidad Stony Brook (Nueva York, EE.UU.), confirma que ese objeto, apenas observable, "se comporta exactamente como esperábamos".
El remanente de la estrella supernova 1987A se encontraba en el foco de interés de los astrónomos desde febrero de 1987, cuando la luz de su explosión iluminó el cielo. En aquel entonces la fuente de la luz fue localizada en la galaxia enana Gran Nube de Magallanes, a 163.000 años luz de la Tierra, algo que significa que era la supernova más próxima a nosotros desde el siglo XVII, cuando la SN 1604 surgió en plena Vía Láctea.
En 2012 el análisis espectral detectó la presencia en las emisiones de ese remanente de titanio-44, un isótopo radiactivo que permitió asociarlo con una explosión estelar de tipo II, la llamada supernova de colapso del núcleo. Acto seguido el conjunto de información recabada permitió visualizar las etapas de este proceso en un video.
Pocos años más tarde un telescopio de la NASA encontró evidencias de que la supernova había explotado desequilibradamente, eyectando el núcleo estelar y la materia en direcciones opuestas.
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