Un equipo de científicos logró desarrollar un sistema que permite aumentar el tiempo de observación de la basura espacial. Hasta ahora, esta solo podía ser visualizada durante el crepúsculo, cuando la oscuridad terrestre contrasta con los objetos que aún están iluminados por el Sol.
Sin embargo, gracias a una técnica desarrollada por el Instituto de Investigación Espacial de la Academia de Ciencias de Austria, también se los podrá ver mientras haya luz, publicó Nature Communications. Para ello, el sistema utiliza una combinación de telescopios, detectores y filtros de luz a longitudes de onda específicas, con los que es posible aumentar el contraste de los objetos en medio de la luz diurna, permitiendo que aquellos que permanecían ocultos se vuelvan visibles.
"Estamos acostumbrados a la idea de que solo se pueden ver estrellas de noche", expresó Tim Flohrer, director de la Oficina de Deshechos Espaciales de la Agencia Espacial Europea (ESA, por su sigla en inglés), quien agregó que lo mismo ocurre con la observación de residuos espaciales con telescopios, "excepto con una ventana de tiempo mucho más pequeña para observar los objetos de órbita baja".
Además, el especialista comentó: "Usando esta nueva técnica, será posible rastrear objetos 'invisibles' que habían estado al acecho en los cielos azules, lo que significa que podemos trabajar todo el día con láseres para ayudar a evitar colisiones".
Por su parte, Michael Steindorfer, de la Academia de Ciencias de Austria, declaró: "Esperamos que estos resultados aumenten significativamente los tiempos de observación de escombros en un futuro próximo". "En última instancia, significa que conoceremos mejor la población de desechos, lo que nos permitiría proteger mejor la infraestructura espacial de Europa", agregó.
Un peligro para los satélites
La Tierra está cubierta por un velo de escombros compuesto por millones de pequeños fragmentos que fueron dejados durante lanzamientos espaciales, explosiones y colisiones en órbita. A estos se les suman cuerpos de naves espaciales y satélites abandonados que recorren el espacio sin control.
Pese al diminuto tamaño que tienen, los desechos igualmente son peligrosos, ya que hasta fragmentos milimétricos que se desplazan a unos siete kilómetros por segundo pueden impactar en un satélite y dañarlo. Por eso, la ESA considera tan importante saber dónde se encuentran los residuos para evitar eventuales colisiones.