El ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Heiko Maas, advirtió a EE.UU. que no interfiera en la finalización del proyecto del gasoducto Nord Stream 2, y enfatizó que Europa tiene derecho a elegir sus propias fuentes de energía.
"Las sanciones entre socios son definitivamente el camino equivocado", dijo Maas durante una conferencia de prensa conjunta con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, en Moscú, a la vez que agregó que cualquier intento de evitar que el gasoducto se complete sería una violación de la soberanía de su país.
"En última instancia, sigue siendo nuestra decisión soberana de dónde obtenemos nuestra energía. Ningún país tiene derecho a dictar la política energética de Europa con amenazas. Eso no tendrá éxito", enfatizó Maas, citado por Reuters.
El lunes, Maas dijo que expresó su "disgusto" al secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, después de que los legisladores estadounidenses amenazaran con "aplastar sanciones legales y económicas" contra una empresa alemana involucrada en la iniciativa energética.
A finales de julio, medios alemanes informaron de que EE.UU. "está aumentando la presión" sobre las empresas del país y de otras naciones europeas involucradas en el proyecto de construcción del gasoducto ruso, provocando indignación entre los políticos alemanes.
El polémico gasoducto
La construcción del Nord Stream 2, que permitiría duplicar el suministro de gas natural de Rusia a Alemania a través del mar Báltico, avanzó rápidamente hasta diciembre pasado, cuando las amenazas de sanciones por parte de EE.UU. obligaron a la empresa suiza Allseas a abandonar el proyecto ruso, lo que a su vez impidió que se completara a finales de 2019, según estaba previsto.
El 96 % de los tramos de tubería ya están construidos y actualmente faltan menos de 160 kilómetros por completar. Un representante del gigante petrolero ruso Gazprom aseguró que los trabajos siguen en marcha, y expresó la esperanza de que la construcción del Nord Stream 2 terminará a finales de 2020 o a principios de 2021.
El Nord Stream 2 es un gasoducto que consiste en dos tuberías paralelas con una longitud total de 1.230 kilómetros. El gasoducto constituye una expansión del actual gasoducto Nord Stream, y podrá abastecer a 26 millones de hogares y reducir considerablemente el coste de energía en las desmesuradas facturas de los ciudadanos europeos.