El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, expresó su esperanza de que las partes rivales de la actual situación política en Bielorrusia puedan superar la crisis a través de un diálogo nacional.
"Destacaron su interés en asegurar que todos los actores externos contribuyan al establecimiento de un diálogo entre el Gobierno y la oposición. Dijimos en respuesta que apoyamos este enfoque", comentó el canciller la reunión dedicada a la situación en el país vecino que mantuvo hoy en Moscú con el subsecretario de Estado de EE.UU., Stephen Biegun.
"Pero no creemos que sea posible intentar imponer intermediarios entre los dirigentes bielorrusos y el pueblo bielorruso desde fuera, ya sea la OSCE, la UE o cualquier otro país vecino. Los bielorrusos son un pueblo sabio, ellos mismos podrán determinar las formas en las que se puede organizar un diálogo nacional y en qué ayudará a superar las dificultades que han surgido ahora", agregó.
Al mismo tiempo, Lavrov cuestionó la legitimidad y los principios de la formación del Consejo de Coordinación de la oposición bielorrusa. "Muchos de sus miembros supieron que fueron incluidos en él 'post factum'. […] Nos gustaría mucho saber cuáles son los criterios políticos sobre los que quiere funcionar", señaló el ministro. Además, afirmó que aunque la última semana "las manifestaciones se han desarrollado realmente de manera pacífica", en Bielorrusia hay "quienes desean provocar un nuevo ciclo de violencia".
Las protestas masivas estallaron en varias ciudades de Bielorrusia el 9 de agosto, poco después de que se anunciaran los primeros resultados de los comicios presidenciales, según los que Alexánder Lukashenko, quien lleva en el poder desde 1994, obtuvo más del 80 % de los votos. Durante los tres primeros días de protestas se registraron violentos enfrentamientos entre los manifestantes y la Policía.