Jacob Blake —afroamericano que el pasado domingo recibió al menos 7 disparos por parte de un policía de la ciudad de Kenosha (Wisconsin)— "ha estado luchando por su vida", declaró este 25 de agosto su madre, mientras que los abogados de la familia señalaron que el hombre de momento se encuentra paralizado, después de que balas dañaran su columna vertebral.
"Se necesitará un milagro para que Jacob Blake Jr. vuelva a caminar", dijo el abogado Ben Crump. Por su parte, el abogado Patrick Salvi detalló durante la misma rueda de prensa que al menos una bala pasó por una parte o toda su médula espinal, mientras que el hombre "tiene agujeros en su estómago", le extirparon "casi todo su colon e intestino delgado", y tiene daños en sus riñones e hígado, además de recibir un disparo en un brazo.
Al mismo tiempo, los abogados de la familia anunciaron que presentarán una demanda civil para "hacer rendir cuentas a los malhechores" y ayudarle a encontrar recursos para la atención médica que necesita.
En ese contexto, Crump declaró que exigen que el agente que disparó a Blake sea arrestado y otros policías, que "violaron las políticas y [reglas de] su formación", sean despedidos. Además, solicitó que la Policía, fiscales y jueces toman medidas para poner fin a los casos como el de Blake. "No podemos cerrar los ojos ante la indiferencia deliberada", enfatizó.
Respecto a las protestas, provocadas por el caso de Blake, su madre, Julia Jackson, condenó la violencia que se registró durante las acciones. "Mientras estaba conduciendo aquí, a través de la ciudad, noté mucho daño que no refleja a mi hijo o mi familia", precisó, agregando que "si Jacob supiera" sobre "la violencia y destrucción, no estaría muy contento".
Blake, aparentemente desarmado y sin mostrar actitudes agresivas, fue baleado alrededor de las 17:00 del pasado domingo, hora local, mientras los agentes respondían a un "incidente doméstico".
El Departamento de Policía de Kenosha no ha dado explicaciones al respecto. El lunes, el Departamento de Justicia del estado dijo que los oficiales involucrados en el incidente habían sido puestos en licencia administrativa.
El caso provocó protestas masivas en el estado, en primer lugar, en la ciudad de Kenosha. Este lunes, manifestantes, algunos de ellos armados, tomaron las calles de Kenosha por segunda noche consecutiva. La Policía respondió con balas de goma y gases lacrimógenos. Los disturbios estuvieron acompañados de actos de vandalismo.
El gobernador de Wisconsin, Tony Evers, anunció el 24 de agosto el despliegue de 125 efectivos de la Guardia Nacional durante las protestas y al día siguiente afirmó que aumentará su presencia. Asimismo, el gobernador declaró el estado de emergencia en Wisconsin.
Por su parte, el analista político Roberto Quesada afirmó que la polarización de la sociedad en EE.UU. repercute en la Policía. "Sabemos que hay dentro de la Policía, así como dentro del mismo Ejercito, elementos que son radicalmente de supremacía blanca", subrayó.