Las dos caras de la pandemia en Argentina: el colapso de los médicos y la activa vida social de quienes incumplen los protocolos sanitarios

A seis meses de que Argentina decretara la cuarentena obligatoria, se terminó por completo el clima de unidad que prevaleció en un principio y hoy se pueden ver dos realidades contrastantes: la de los trabajadores de la salud que están agotados y denuncian pronto colapso del sistema sanitario, y la de quienes incumplen todo tipo de protocolo y salen a protestar a las calles o a pasear sin usar tapabocas ni mantener una mínima distancia social.

El panorama social se traduce en el terreno político, en donde se resquebrajó la unidad que hasta hace poco habían mostrado el presidente Alberto Fernández y Horacio Rodríguez Larreta, jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y uno de los principales líderes de la oposición.

La capital integra el Área Metropolitana de Buenos Aires junto con parte de la provincia de Buenos Aires, que gobierna el peronista Axel Kicillof, y que es el epicentro de una pandemia que hasta ahora ha dejado un saldo de 512.293 contagios y 10.713 muertes.

En las últimas semanas los desacuerdos fueron evidentes, ya que mientras Rodríguez Larreta flexibilizó actividades, Kicillof las cerró.

El resultado en la ciudad fueron bares, restaurantes, veredas y plazas atestadas de personas que presumían en redes sociales su "libertad".

Al mismo tiempo, entidades de trabajadores de la salud advirtieron el desgaste que tiene el sistema después de un semestre, en un momento en el que los casos confirmados siguen una tendencia a la alza, aunque el dato positivo es que Argentina tiene una baja tasa de mortalidad por coronavirus. 

Exhaustos

La Sociedad Argentina de Terapia Intensiva publicó una carta en la que se alerta que los profesionales de la salud sienten que están perdiendo la pelea contra la pandemia, y describen su desesperación ante el alud de personas que salen a las calles, a las que les solicitaron mayor responsabilidad.

"Los médicos, enfermeros, kinesiólogos y otros miembros de la comunidad de la terapia intensiva sentimos que los recursos para salvar a los pacientes con coronavirus se están agotando. La mayoría de las Unidades de Terapia Intensiva del país se encuentran con un altísimo nivel de ocupación", afirmaron.

Los recursos físicos y tecnológicos como las camas con respiradores y monitores son cada vez más escasos, detallan en la misiva, pero la cuestión principal es la falta de trabajadores de terapia intensiva que no pueden sustituirse.

"Estas cuestiones deterioran la calidad de atención que habitualmente brindamos", señalaron al describir que, enfundados en los equipos de protección personal, apenas pueden respirar, hablar y comunicarse entre ellos.

Luego vino otra carta abierta de la Facultad de México de la Universidad de Buenos Aires, en la que múltiples especialistas explicaron que se está transitando el momento más difícil de la emergencia sanitaria y elevaron reclamos no sólo para los ciudadanos en general, sino al gobierno.

"El distanciamiento social continúa representando la medida fundamental en la lucha contra la pandemia. Observamos con gran preocupación un relajamiento en el cumplimiento de las normas de distanciamiento, que no respeta límites geográficos ni circunscripciones políticas. Hacemos al respecto un enérgico llamado que comprende tanto a los gobiernos como a cada uno de los ciudadanos. Hablamos de miles y miles de muertes que pueden ser evitadas", aseguraron.

También advirtieron que el personal de salud ha realizado un esfuerzo extraordinario.

"Día a día ponen en juego su salud, y la de sus seres queridos. Es esencial reconocer su trabajo y brindarles nuestro cálido homenaje (...) estamos agotados de trabajar en este contexto y en estas condiciones laborales. La pandemia nos afecta a todos, el temor a enfermar y a morir está presente en la sociedad, y el cansancio por la distancia y el encierro es cada vez mayor", señaló.

Irresponsables

En la carta abierta, los médicos, enfermeros, kinesiólogos y demás trabajadores de salud insisten en que están estresados y exhaustos por trabajar en forma continua y sin descanso, desde hace 160 días, en un sistema que consideran que no los reconoce, que no los cuida, ni les da los elementos de protección necesarios para cumplir con su trabajo.

"Nosotros también nos enfermamos, nos morimos. A nadie debiera faltarle el trabajo, pero lo que es seguro, nadie debería perder su vida por trabajar, y esto nos está sucediendo", denuncian en la carta.

A diario, las fotos que publican quienes violan la cuarentena o incumplen normas de prevención, se mezclan con las imágenes de trabajadores de la salud fallecidos después de haberse contagiado, o exhaustos, cumpliendo sobreturnos y apoyándose entre ellos.

Los mensajes coinciden en su preocupación sobre el aumento de circulación comunitaria, la falta o el mal uso de tapabocas, el que no se respeten las medidas de distanciamiento y las reuniones sociales clandestinas, en las que no se toman mayores medidas de precaución, situaciones que se repiten en todo el país.