Guatemala ha deportado a más de 3.300 migrantes hondureños en los últimos días, en un intento de poner fin a la última caravana que había partido la semana pasada desde el país vecino con rumbo a EE.UU.
"Los guatemaltecos siempre hemos sido solidarios con nuestros hermanos centroamericanos, pero en este momento, y con las circunstancias que estamos viviendo, debo poner primero la salud y la seguridad del pueblo de Guatemala", ha afirmado el presidente de este país, Alejandro Giammattei, en un discurso a la nación.
Según Giammattei, hasta este domingo "se había logrado repatriar a 3.384 ciudadanos hondureños". El presidente argumentó que, aunque "el ser humano tiene el derecho de tratar de buscar una mejor calidad de vida", es necesario que la migración sea "regular" y se lleve a cabo con "los requisitos y protocolos" establecidos.
Aunque la convocatoria para esta nueva caravana estaba prevista para el 4 de octubre, centenares de migrantes decidieron la semana pasada adelantarse y comenzaron su camino hacia Guatemala —que abrió sus fronteras a mediados de septiembre—, ante la profundización de la crisis económica en Honduras, que podría ser uno de los países más afectados por el coronavirus en Centroamérica.
La situación económica en Honduras en medio de la pandemia
En la actual situación epidemiológica, para ingresar a Guatemala, además del pasaporte en vigor, es necesario la presentación de una prueba negativa de PCR o antígeno, a pesar de que los hondureños forman parte del Convenio centroamericano de libre movilidad, al igual que los ciudadanos salvadoreños, guatemaltecos y nicaragüenses.
La situación en Honduras, con más de 830 casos de coronavirus cada 100.000 habitantes, es preocupante y está teniendo graves consecuencias económicas. Se prevé que este año 350.000 personas incrementen las listas de desempleados, alcanzado la tasa de 9,5 %, casi cuatro puntos más que en 2019.
El objetivo de la mayoría de migrantes que integran caravanas como esta es continuar su trayecto hacia EE.UU. atravesando territorio mexicano. Sin embargo, durante la pandemia, México ha deportado a 16.875 centroamericanos, de los cuales el 54 % son hondureños, es decir, 9.129 personas, que regresaron a su país en 67 vuelos que aterrizaron en San Pedro Sula y Tegucigalpa.