La diplomática argentina Alicia Castro presentó su renuncia como embajadora de su país ante Rusia por su desacuerdo "con la actual política de Relaciones Exteriores" del Gobierno de Alberto Fernández, luego del voto de Buenos Aires a favor de una resolución sobre derechos humanos en Venezuela, propuesta por el Grupo de Lima.
El conflicto surge porque Argentina se abstuvo de apoyar la resolución que respaldaba la actuación de la Oficina de la Alta Comisionada de los Derechos Humanos en Caracas, y, en cambio, votó a favor de la propuesta sobre esa materia que presentó el Grupo de Lima, un equipo de países que no reconoce a la Administración de Nicolás Maduro.
Para Castro, ese voto "constituye un giro dramático" en la política exterior de su país porque, a su juicio, se alinea con "un grupo de gobiernos de extrema derecha, financiados por EE.UU. para promover un cambio de régimen en Venezuela".
"No podría seguir instrucciones de Cancillería que no comparto y que considero reñidas con el interés de la Nación", escribió en una extensa carta, en la que reiteró su deseo de "actuar con responsabilidad y transparencia".
La diplomática había sido designada como embajadora de Argentina en Rusia y se trasladaría a ese país en abril, con el beneplácito de Moscú. Sin embargo, en marzo inició el periodo de aislamiento por el coronavirus y Castro pidió al Senado que postergara la aprobación de su postulación debido a la pandemia.
¿Qué dice la carta?
Castro dejó asentada su postura en una misiva, publicada en la página La García, donde opina que el apoyo de su país a la propuesta del Grupo de Lima "promueve la franca injerencia" y "apunta a demonizar" al Gobierno bolivariano.
Lo que planteó el Grupo de Lima -compuesto por Gobiernos hostiles a Maduro y que han pedido sanciones contra Caracas- fue la permanencia por dos años de una misión independiente de la ONU en Venezuela, para hacer seguimiento del tema de los derechos humanos.
Esta misión independiente ya había sido cuestionada por Caracas, tras haber presentado un informe en materia de derechos humanos "plagado de falsedades" y sin "rigor metodológico alguno". Para Castro, el apoyo de Argentina a esa propuesta solo puede "aportar a intensificar" el asedio contra Venezuela, cuestión que considera "por lo menos, irresponsable".
En contraparte al Grupo de Lima, la otra resolución que se discutió en la ONU pedía incrementar la cooperación en materia de derechos humanos y solicitaba a la Oficina de la Alta Comisionada, Michelle Bachelet, que continuara brindado su apoyo para fortalecer el sistema de justicia venezolano. La propuesta finalmente se impuso y contó con la aprobación de 14 países, 26 abstenciones (entre ellas la de Argentina) y 7 votos negativos.
En su carta, Castro destaca que aunque no todos los grupos políticos piensan igual, confiaba en que "independientemente de las preferencias", el Gobierno de Alberto Fernández "iba a respetar los principios rectores de no intervención en los asuntos internos de otros estados, la resolución pacífica de las controversias, y el principio consagrado de Igualdad Jurídica de los Estados".
"Argentina podría haber optado por abstenerse, en todo caso, si no quería comprometerse con ninguna de las dos resoluciones", planteó Castro, quien también se desempeñó como embajadora en Venezuela, entre 2006 y 2011.
La diplomática lamentó que Buenos Aires se hubiese puesto al lado de los gobiernos de Europa y América Latina que desconocen a Maduro y que apoyan a diputado opositor Juan Guaidó, quien se autoproclamó sin ninguna elección de por medio como "presidente encargado". "Han seguido a pie juntillas las instrucciones de los EE.UU. de demoler a Venezuela", agregó.
Reacciones
Tras la votación de los acuerdos, el canciller venezolano, Jorge Arreaza, ratificó el "compromiso absoluto" de su país con los derechos humanos y aseveró que a pesar de la "feroz presión de EE.UU. y sus satélites en el Consejo de DD.HH.", la Resolución respaldada por Caracas fue la que finalmente resultó aprobada.
El máximo representante de la diplomacia venezolana se mostró extrañado por "el voto inexplicable de algunos países que dicen defensores de los derechos humanos", pero que no se expresaron a favor de la resolución para fortalecer la cooperación con la oficina dirigida por Bachelet.
La abstención de Argentina ocurre tras un comunicado de la Cancillería, publicado el pasado martes, donde se explicaba que el mandatario de ese país había pedido apoyar "con fuerza" la labor de la Alta Comisionada de la ONU y favorecer la instalación de una misión permanente de este organismo en la capital venezolana.
Hasta ahora no ha habido reacciones oficiales frente a la renuncia de Castro.