Luis Arce pide la renuncia del secretario general de la OEA, Luis Almagro, y dice que no le importan sus felicitaciones
El presidente electo de Bolivia, Luis Arce, expresó la opinión de que el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, "debería renunciar, por moral y ética".
"Yo creo que están claras las cosas, ahí estamos de acuerdo. No hubo ningún fraude, hubo todo un preparativo para un golpe de Estado, del cual la OEA lamentablemente formó parte", dijo el presidente electo a La Razón, y aseguró que no le importan sus felicitaciones sobre su victoria en las presidenciales. Cree que Almagro "se inmiscuyó, violó normativas bolivianas, de todo organismo veedor en un tema electoral; se inmiscuyó en temas internos".
"No estamos de acuerdo que un organismo importante esté en manos de gente con la camiseta puesta de un partido político o una tendencia política en la región. Y que se inmiscuya en asuntos internos de un país. Si hizo eso en Bolivia, imagínese, puede hacerlo con cualquier otro país, y eso no podemos permitirlo", destacó Arce.
Anteriormente, Evo Morales exigió su renuncia por el papel que la OEA desempeñó durante los comicios de 2019, los cuales posteriormente derivaron en un golpe de Estado contra el expresidente boliviano. Por su parte, Almagro afirmó que, cuando se dio a conocer la auditoría de las elecciones presidenciales del 2019 en Bolivia, le pidió a Evo Morales que no renunciara, pero que ese "salió corriendo".
La dimisión de Almagro además fue solicitada por el Grupo de Puebla. Desde la agrupación consideran que la contundente victoria de Arce confirma que no hubo fraude en los comicios de 2019, en los que Morales fue reelecto.
Entre tanto, el subsecretario de México para América Latina y el Caribe, Maximiliano Reyes Zúñiga, acusó este martes a Almagro de hacer uso "faccioso" de la misión de observación electoral para avalar un "supuesto fraude" en los comicios de 2019.
El analista político y sociólogo Esteban Silva opina que el triunfo electoral de Arce permitiría a Bolivia restablecer las relaciones diplomáticas rotas por el Gobierno de Áñez y aplicar una política exterior soberana.