Irán ha completado el traslado bajo tierra de la primera parte de sus centrifugadoras avanzadas a una planta subterránea desde una instalación en la superficie, según se desprende del informe confidencial del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) al que accedió Reuters.
La decisión de utilizar una planta de eriquecimiento de uranio subterránea aparentemente fue tomada para soportar posibles bombardeos y ataques aéreos después de la explosión en las principales instalaciones nucleares de Irán en Natanz en julio, que el Gobierno iraní calificó de un acto de "sabotaje".
"Terminaron de instalar una de las tres cascadas y han comenzado a instalar una segunda", afirmó un diplomático de alto rango, citado por la agencia, quien añadió que durante el traslado las centrifugadoras no estaban operativas. Una cascada comprende un grupo de centrifugadoras interconectadas.
Además, el informe de la agencia de la ONU, que fue entregado a los países miembros y visto por agencias de noticias, sugiere que la cantidad total de uranio enriquecido que se halla en posesión de Teherán es de más de 2,4 toneladas, 12 veces superior al límite de 202,8 kilos establecido por acuerdo nuclear iraní de 2015.
Irán había notificado al OEIA de que planeaba trasladar tres cascadas de centrifugadoras avanzadas en una instalación subterránea de Natanz. Según ha podido confirmar Reuters, la primera parte de las máquinas IR-2m ya están instaladas y conectadas, pero no han sido alimentadas con el hexafluoruro de uranio, gas que es la materia prima de las centrifugadoras.