Alpinistas continúan las tareas de limpieza del puente de la isla Russki en Vladivostok, en el Lejano Oriente de Rusia, que permanece cerrado después de que lluvias heladas provocaran el caos en la región. Las autoridades locales han organizado un servicio de ferris para mantener la conexión entre la isla y la parte continental de la ciudad hasta que se reabra la circulación.
Los pilares principales de este puente atirantado tienen una altura de 324 metros, la segunda más alta del mundo en construcciones de su tipo. Además, tiene cables con una longitud total de casi 55 kilómetros y una distancia récord entre sus pilares de 1.104 metros.
Las duras condiciones climáticas llevaron al gobernador de la región Primorie, Oleg Kozhemiako, a decretar el 20 de noviembre el estado de emergencia después de que casi 148.000 personas se quedaran sin electricidad, agua corriente y calefacción central.
Los servicios de emergencia siguen trabajando día y noche para lidiar con las consecuencias de las lluvias heladas y hacer que la situación en la zona vuelva a la normalidad.
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