Unos testigos contaron cómo cuatro hombres removieron la misteriosa estructura, que fue descubierta el pasado 18 de noviembre en el desierto de Utah (EE.UU.) y desapareció solo 10 días después, recoge The New York Times.
El fotógrafo de Edwards (Colorado), Ross Bernards, afirmó que viajó al lugar el pasado viernes para ver el famoso monolito y entonces observó a un grupo de hombres que empezó a inclinarlo. La estructura cayó al suelo y los desconocidos la destrozaron y se la llevaron en una carretilla. "Mientras se marchaban con las piezas, uno de ellos dijo: 'No dejen rastros'", declaró el fotógrafo.
Por temor a una confrontación con los hombres, Bernards no los fotografió, pero su amigo, Michael James Newlands, de Denver, captó algunas imágenes, que muestran en la oscuridad a un grupo cerca del objeto derribado, que era hueco y tenía un marco de madera contrachapada. "Debieron pasar 10 o 15 minutos como máximo entre que derribaron el monolito y lo sacaron", señaló, agregando que los autores actuaban como si pensaran que era "su misión".
Por el momento, no se sabe quién instaló el monumento. Algunas personas sugieren que se trataba de una estrategia de 'marketing' o una instalación de arte en honor al escultor minimalista John McCracken. Sin embargo, ideas más creativas sobre su propósito apuntaban a una "súper arma alienígena", un "antiguo prototipo de Xbox de próxima generación" o un "dispositivo de la NASA".
Cabe señalar que después de la desaparición del monolito de Utah, una estructura metálica similar fue hallada en una colina cerca de la ciudad rumana de Piatra Neamt.