Nuevos datos sugieren que la inmunidad de las personas que contrajeron covid-19 dura al menos ocho meses
La inmunidad de las personas que contrajeron el covid-19 podría durar al menos ocho meses, según los resultados del estudio de un equipo de científicos australiano publicado este martes en la revista Science Immunology.
La investigación reclutó a 25 pacientes con covid-19 a quienes tomaron 36 muestras de sangre desde el día 4 después de la infección hasta el día 242. Al igual que en otros estudios, los especialistas observaron que los anticuerpos contra el SARS-CoV-2 comenzaban a disminuir después de 20 días de contraer el virus.
Sin embargo, tras ese periodo de tiempo todos los participantes aún presentaban las llamadas células B, el principal mecanismo de defensa contra los patógenos del sistema inmunológico, que reconocían uno de los dos componentes del nuevo coronavirus, las proteínas nucleocápside y de pico.
"Nuestros resultados indican que la infección por SARS-CoV-2 genera una memoria de células B de larga duración hasta 8 meses después de la infección que podría proteger contra enfermedades sistémicas tras la reinfección", señalan los investigadores en su artículo.
"Esperanza real"
Según los expertos, el hallazgo aporta evidencia más sólida sobre las probabilidades de que las vacunas contra el coronavirus funcionen durante periodos prolongados.
"Esta ha sido una nube negra que se cernía sobre la protección potencial que podría proporcionar cualquier vacuna contra el covid-19 y da una esperanza real de que, una vez que se desarrolle una vacuna, esta brinde protección a largo plazo", afirmó uno de los autores principales del estudio, Menno van Zelm.
En este sentido, el científico indica que estos datos explicarían por qué ha habido pocos casos de reinfección entre las millones de personas que han dado positivo por el virus a nivel mundial.
Los resultados contrastan con investigaciones previas realizadas durante la primera ola de la pandemia, en las que se consideraba que los anticuerpos de los pacientes disminuían pocos meses después de su recuperación, aumentando las preocupaciones sobre la vulnerabilidad de las personas frente a la enfermedad.