Fracasa un intento de triturar diamantes con láseres a fuerzas mayores que las que se registran en el núcleo de la Tierra
Conocida es la resistencia de los diamantes a rasguños y golpes, pero en realidad soportan mucha más presión de la que se podría imaginar en condiciones de nuestro planeta, según demuestra una reciente serie de experimentos realizados por físicos de EE.UU. y Reino Unido.
La intención era poner a la prueba si el núcleo de algún exoplaneta rico en carbono podría generar una forma estructural desconocida de este elemento, eventualmente más firme que el diamante. El diamante es un estado (o alótropo) de carbono que, en comparación con el grafito y el carbón puro, se acuña en la naturaleza bajo presiones más altas, a partir de 5 o 6 gigapascales.
Los cálculos previos al experimento sugerían que desde los 1.000 gigapascales de presión se podría esperar que el carbono sólido se transforme de la fase de diamante en una nueva, con una estructura mejor adaptada a las condiciones extremas. Sin embargo, esto no sucedió incluso cuando el equipo de investigadores expuso las muestras que tenían a una presión 5 veces la del núcleo de la Tierra o 2 veces la del cambio estructural previsible: cerca de 2.000 gigapascales.
Según explicó este miércoles la investigadora del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore (EE.UU.) Amy Lazicki Jenei, la tarea de comprimir la piedra hasta ese increíble nivel requirió combinar el uso de un yunque y el pulso de láseres. La estructura del material estuvo controlada por rayos X con una resolución temporal de nanosegundos, pero el cambio no se hizo factible.
"Descubrimos que, sorprendentemente, el carbono no se transforma en estas condiciones en ninguna de las fases previstas, sino que mantiene la estructura del diamante hasta la presión más alta", resumió Lazicki Jenei. Supuso también que los enlaces ultrafuertes entre los átomos dentro de la estructura cristalina del diamante le proporcionan esta capacidad de "persistir indefinidamente a presión ambiental".
El descubrimiento significa que los diamantes son 'metaestables' y sobreviven tanto a presiones muy bajas como extremadamente altas, algo que tiene implicaciones para el modelado de algunos ambientes como los núcleos de exoplanetas abundantes en carbono.
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