Investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (Suiza) presentaron un nuevo estudio con el que quieren explicar, mediante el uso de simulaciones, las extrañas circunstancias en las que nueve turistas soviéticos fallecieron en el paso Diátlov hace 60 años durante una excursión en los montes Urales.
En aquel entonces, los cuerpos de las víctimas fueron descubiertos en distintos lugares de la ladera oriental de la montaña Otorten y a diferentes distancias de la tienda de campaña, algunos con poca ropa y otros con graves heridas, como la lengua arrancada o las cuencas de los ojos vaciada. La carpa estaba vacía y tenía uno de sus lados rasgados.
La versión oficial del caso desclasificado concluyó que los excursionistas murieron por "una fuerza mayor a la que no pudieron oponer resistencia". No obstante, a lo largo de estos 60 años surgió un sinnúmero de versiones de los hechos, que van desde un ataque de prisioneros fugitivos hasta una intervención alienígena.
El año pasado, las autoridades rusas finalmente confirmaron la razón de la muerte de los excursionistas diciendo que la tragedia se debió a una avalancha y que el hecho de que los jóvenes no pudieran encontrar la tienda de campaña tras abandonarla se debió a la poca visibilidad.
Ahora, los autores del nuevo estudio, publicado en Communications Earth & Environment, señalan que lo que acabó con la vida de los turistas no fue una avalancha común y corriente, sino lo que se conoce como una avalancha de placas, en la que un gran bloque sólido de nieve se desprende de un depósito. Los suizos creen que este fenómeno podría explicar las misteriosas circunstancias de la tragedia.
"Utilizamos datos sobre la fricción de la nieve y la topografía local para demostrar que una pequeña avalancha de placas podría producirse en una pendiente suave, dejando pocos rastros. Con la ayuda de simulaciones por ordenador, demostramos que el impacto de una placa de nieve puede provocar lesiones similares a las observadas", dijo Johan Gaume, autor principal del estudio.
Alexander Puzrin, coautor del estudio, afirmó que el "desencadenante inicial" de la avalancha fue que los miembros de la expedición hicieron un corte en la ladera para montar la tienda. Luego, un viento catabático probablemente arrastró la nieve y permitió que se acumulara una carga extra. "En un momento dado, pudo formarse una grieta y propagarse, provocando el desprendimiento de la placa de nieve", dijo Puzrin, que reconoce que no han resuelto el misterio por completo, puesto que todavía quedan varias preguntas por resolver.
"La verdad, por supuesto, es que nadie sabe realmente qué pasó esa noche. Pero proporcionamos una fuerte evidencia cuantitativa de que la teoría de las avalanchas es plausible", concluyó Puzrin.