En las principales ciudades de España continúan las protestas que se iniciaron hace cinco días, tras el encarcelamiento del rapero Pablo Hásel. En Madrid y Barcelona se han convocado sendas manifestaciones. La de la capital no ha sido comunicada a la Delegación del Gobierno, por lo que no cuenta con el respectivo permiso para su celebración.
Hasél fue detenido el martes después de negarse a ingresar voluntariamente en prisión para cumplir la pena de nueve meses y un día por los delitos de enaltecimiento del terrorismo e injurias a la Corona por el contenido de 64 tuits y una canción de su autoría.
Los cuerpos policiales han preparado un amplio dispositivo en previsión de que se puedan repetir los altercados de las jornadas anteriores. Mientras tanto, en Barcelona, los agentes manejan información que indica la llegada de grupos radicales franceses para participar en la marcha de la capital catalana.
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha afirmado que "la ciudadanía tiene todo el derecho y muchas razones para manifestarse", pero "con la misma claridad" afirma que los destrozos "no son la solución y no están justificados porque solo perjudican a los vecinos y vecinas y a los comercios". Asimismo, ha hecho un llamamiento a partidos e instituciones para frenar las rencillas y "buscar soluciones a las causas de este malestar social".
Por su parte, Madrid también se ha blindado para hacer frente a los posibles problemas que surjan de la concentración convocada en la céntrica plaza de Callao, incluso retirando parte del mobiliario urbano. Tanto el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, como la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, han acusado a los líderes de Unidas Podemos, el partido que integra la coalición de Gobierno junto a los socialistas del presidente Pedro Sánchez, de "alentar, apoyar, tolerar y amparar" que se produzcan conductas como las vistas en las protestas de esta semana.
La concentración se ha desarrollado con tranquilidad en la capital española, con la asistencia de apenas 300 personas con un tono pacífico y lúdico, incluso bailando y rapeando ante el cerco policial compuesto por alrededor de 150 efectivos de la Unidad de Intervención Policial (UIP), conocidos como antidisturbios.
Altercados en Barcelona
Los primeros incidentes en Barcelona han podido verse apenas una hora después de que arrancase la concentración, que estaba convocada a las 19.00 horas. A las 20.30 han comenzado a difundirse imágenes de comercios, mayoritariamente franquicias, que estaban siendo saqueados, así como sucursales bancarias que estaban recibiendo golpes y proyectiles de los manifestantes.
La Guardia Urbana ha cortado algunas calles y el Ayuntamiento de la ciudad ha retirado los contenedores de basura en algunas vías del centro para evitar que sean utilizados de nuevo como barricadas o quemados.
Aún así, la noche de este sábado se ha vuelto a ver quema de contenedores, daños al material urbano, la confección de barricadas para cortar el paso a los agentes del orden en vías céntricas de la capital catalana. Algunos grupos de radicales han tirado sacos de escombros a las vías para dificultar el paso de los agentes. Además, se ha prendido fuego a objetos a las puertas de la Bolsa de Barcelona, aunque finalmente el fuego ha podido ser sofocado.
A las 21.00 uno de los grupos organizadores de la concentración, La Partida Final, la ha desconvocado aduciendo el mal comportamiento de algunos de los manifestantes. "Por nosotros hemos acabado. Si seguimos permitiendo las actitudes de algunos 'manifestantes' las manifestaciones siempre acabarán como estos últimos días", han dicho a través de su canal de Telegram.
A las 22.00 ya se han producido los primeros heridos y detenidos en el marco de estas protestas. Los Mossos d'Escuadras, la Policía regional, ha detenido a ocho personas en la capital catalana por actos de pillaje y saqueos y a otras dos en Tarragona y una en Lleida por los mismos motivos.
Incidentes en Navarra
La movilización convocada por Gazte Koordinadora Sozialista en Pamplona, la capital de Navarra, ha comenzado a las 20.00 horas en la plaza Recoletas de Pamplona. Al igual que en otros lugares, ha desembocado en disturbios con el lanzamiento de piedras y botellas por algunos de los participantes, que además han quemado varios contenedores.
Durante la noche se han producido cargas de la Policía contra varios grupos de los participantes en la protesta más violentos.
Detenciones, heridos, saqueos e intento de asalto a una Comisaría
Desde el pasado martes se han producido casi un centenar de detenidos entre Madrid, Barcelona y otras localidades catalanas. En Barcelona varios comercios han sido saqueados, numerosas terrazas de negocios de restauración destrozadas y al menos siete sucursales bancarias han sido dañadas.
Uno de los incidentes más graves fue el asedio a la Comisaría de Vic, un municipio a apenas 70 kilómetros de Barcelona, producido el mismo martes. Los violentos destrozaron la cristalería del recinto y arrancaron las cámaras de seguridad, lanzando piedras y pirotecnia. Los agentes, acorralados, tuvieron que mantenerse encerrados durante más de 45 minutos hasta que recibieron refuerzos.
En cuanto a los heridos, el incidente más grave se dio el jueves en Barcelona, cuando una mujer perdió un ojo debido, al parecer, al impacto de una pelota de goma disparada por la Policía.
Los líderes políticos condenan los altercados
Líderes políticos de prácticamente todos los partidos se han manifestado públicamente para condenar de manera tajante los actos de vandalismo que se han venido produciendo durante las últimas cinco jornadas.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha dicho: "La democracia española ampara la libertad de manifestación y de expresión. Pero la democracia jamás amparará la violencia", ha dicho en una comparecencia pública. Además, ha reafirmado su compromiso en "mejorar la protección legal a la libertad de expresión" en referencia a la intención de la coalición de Gobierno de reformar algunos tipos penales muy polémicos, que han sido criticados por limitar esa libertad, entre ellos el enaltecimiento del terrorismo y las injurias y calumnias a la Corona, dos de los delitos por los que ha sido condenado Pablo Hasél.
Por su parte, Pablo Casado, líder del principal partido de la oposición, el Partido Popular (PP), ha manifestado su "apoyo a los Cuerpos de Seguridad" y ha exigido "el cese de los ministros que justifican la violencia y la reprobación de los portavoces que alientan la kale borroka [violencia callejera]".
Las críticas de la mayoría de las formaciones de la oposición se han centrado en la postura de Unidas Podemos (UP), cuyo líder ha mantenido silencio sobre los disturbios, aunque algunos de sus diputados, como Rafa Mayoral, sí han comparecido ante los medios para censurar las excesivas actuaciones policiales.