Dos soldados del Mando de Fuerzas Especiales de Alemania (KSK, por sus siglas en alemán) fueron denunciados ante el FBI como probables terroristas después que se presentaran en un hospital de Arizona (EE.UU.) cerca del cual habían estado realizando ejercicios militares, informa Der Spiegel.
Los militares de élite llegaron al centro médico vestidos de civil y quisieron averiguar si los alemanes podían recibir allí tratamiento en caso de alguna lesión o infección por covid-19. La misteriosa visita de los hombres desató las alarmas entre el personal, que alertó de inmediato al FBI, al sospechar que pudieran ser terroristas que inspeccionaban el lugar para planear un ataque.
Según los trabajadores de la institución sanitaria, informa el semanario germano, los dos alemanes se comportaron "de manera extraña" y se negaron a mostrar algún documento de identificación. El FBI respondió a la denuncia con "gran urgencia".
Aparentemente, las fuerzas especiales germanas operaban en el área bajo estricto secreto, al punto de que su propia Embajada en Washington no estaba al tanto de la misión y el malentendido solo pudo resolverse después de numerosas llamadas telefónicas entre los dos Gobiernos.
No es la primera vez que una unidad de élite de la Bundeswehr se ve en el centro de la atención. El año pasado, la ministra de Defensa de Alemania, Annegret Kramp-Karrenbauer, afirmó que quería reestructurar el KSK, tras una serie de incidentes que lo relacionaron con la extrema derecha.
En 2018, la Oficina Federal de Investigación Criminal de Alemania frustró un complot de algunos miembros del KSK que "se preparaban para el fin del mundo" y planeaban el asesinato de varios políticos "indeseados".
Según el sitio oficial de las Fuerzas Armadas germanas, el KSK, creado en 1996, se dedica a misiones especiales como el rescate de rehenes o la liquidación de terroristas y criminales de guerra, además de tareas de inteligencia especial. La unidad tiene sede en Calw, en el suroeste de Alemania.