El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, anunció este viernes la introducción de restricciones de visados a 76 ciudadanos de Arabia Saudita, después de que un informe de la Inteligencia de EE.UU. señalara que el príncipe heredero del reino, Mohamed bin Salmán, aprobó el asesinato del periodista saudita Jamal Khashoggi en octubre del 2018.
Blinken aseguró que Washington no tolerará a las personas que amenacen o agredan a activistas, disidentes y periodistas en nombre de gobiernos extranjeros.
La anunciada política de restricción de visados del Departamento de Estado afectará a "las personas que, actuando en nombre de un gobierno extranjero, se cree que han participado directamente en actividades extraterritoriales serias contra los disidentes". Se cree que los individuos también estuvieron involucrados en el asesinato de Khashoggi.
"Por una cuestión de seguridad para todos dentro de nuestras fronteras, no se debe permitir que lleguen a suelo estadounidense los autores que atacan a disidentes percibidos en nombre de cualquier Gobierno extranjero", indicó Blinken en un comunicado.
Según el alto cargo, la Administración estadounidense "está anunciando medidas adicionales para reforzar la condena internacional de ese crimen y contrarrestar a los gobiernos que operan fuera de sus fronteras" para amenazar y atacar a periodistas y presuntos disidentes.
El secretario de Estado afirmó que la evaluación de inteligencia sobre el asesinato del periodista habla por sí misma, y agregó que los pasos dados por Washington este viernes fueron importantes para recalibrar la relación entre los dos países.
Blinken no abordó por qué Washington no impuso sanciones al príncipe heredero, pero aseguró que se tomó una serie de medidas para evitar una conducta similar del reino en el futuro.
Por su parte, el Departamento del Tesoro estadounidense sancionó al exjefe adjunto de los servicios de inteligencia sauditas, Ahmed al Asiri, y anunció la introducción de sanciones a la fuerza de intervención rápida de la Guardia Real saudita, o RIF, que figura en el informe sobre el asesinato de Khashoggi.
La medida congela cualquier activo estadounidense que tuvieran los individuos saudíes y prohíbe a los estadounidenses tratar con ellos. "Los implicados en el abominable asesinato de Jamal Khashoggi deben rendir cuentas", comentó la secretaria del Tesoro, Janet Yellen.