"Peleen mejor conmigo": la leyenda del boxeo filipino Manny Pacquiao condena los ataques contra asiáticos en EE.UU.

El legendario púgil filipino Manny Pacquaio, campeón mundial en distintas categorías, ha condenado la reciente serie de ataques contra la comunidad asiática en EE.UU., en especial las cometidas contra personas mayores, y ha desafiado a los agresores a verse las caras con él.

En una publicación aparecida en su cuenta de Instagram, el boxeador y senador filipino de 42 años pidió el fin de la violencia contra los asiáticos y llamó a los responsables a dejar de atacar a quienes "no pueden defenderse". "Peleen conmigo en su lugar", indicó Pacquaio, que también envió el mismo mensaje en tagalo, chino y coreano.

En el mensaje que acompaña su 'post', el político recordó que "tenemos el mismo color en nuestra sangre". "Dejen de discriminar. ¡¡AMOR Y PAZ PARA TODOS!!", escribió la leyenda del boxeo.

Ataques contra asiáticos en EE.UU.

Un video publicado este lunes recoge el momento en que un hombre le da una brutal paliza a un asiático y lo asfixia dentro de un vagón del metro de Nueva York con destino a Manhattan.

Se trata del último de una serie de ataques contra los miembros de la comunidad asiática registrados recientemente en esta ciudad estadounidense. El pasado febrero un hombre utilizó un cúter para cortarle el rostro de un ciudadano de origen filipino de 61 años, que quedó sangrando en el suelo del metro y al que tuvieron que poner cien puntos de sutura.

Este lunes, las cámaras de seguridad de un edificio de Manhattan captaron el momento en el que un hombre agredió física y verbalmente a una mujer asiática de 65 años que iba caminando por la calle. El afroamericano la tiró al suelo de una patada y luego le pisó la cabeza varias veces.

ADVERTENCIA: Las siguientes imágenes pueden herir su sensibilidad

Este mismo mes, al menos ocho personas murieron baleadas en una serie de tiroteos que se registraron en tres salones de masaje en el área metropolitana de Atlanta, en el estado de Georgia. La mayoría de las víctimas eran mujeres y al menos cuatro tenían ascendencia asiática.

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