Al cumplirse dos años del arresto de Julian Assange después de ser sacado a rastras de la embajada de Ecuador en Londres (Reino Unido), se han producido una serie de manifestaciones en diversas partes del mundo reclamando libertad y justicia para el fundador de Wikileaks.
En las afueras de los edificios diplomáticos de ambos países, y en Washington (EE.UU.), los defensores del activista se pronunciaron contra el presidente ecuatoriano Lenín Moreno, que en 2019 retiró su protección y permitió su arresto. El portavoz de WikiLeaks, Kristinn Hrafnsson, aseguró que este acto significó silenciar a uno de los periodistas más importantes del mundo, además de denunciar su aislamiento y la tortura psicológica que sufre el programador australiano.
"Libertad para Julian Assange" y "el periodismo no es un crimen", fueron algunas de las frases escritas que portaban los manifestantes.
En 2010, Assange publicó datos sobre las intervenciones de EE.UU. en Irak y Afganistán, denunciando crímenes de guerra. Dos años después, tuvo que refugiarse en la embajada de Ecuador en Londres por una persecución judicial. En la sede diplomática permaneció casi siete años hasta que Moreno le retiró el permiso de asilo.
Pocas semanas después, EE.UU. solicitó al Reino Unido la extradición del periodista, acusado de 17 cargos de espionaje y otro de piratería informática. En febrero de 2020, comenzaron las audiencias en Londres, pero la pandemia ralentizó el proceso provocando que Assange estuviera aún más tiempo en prisión.
Finalmente, en enero de este año, la Justicia desestimó extraditarlo por su estado de salud y condición mental, además de un riesgo de suicidio ante una posible deportación. A pesar de ello y de las peticiones de diversas organizaciones, incluida la ONU, que denuncian la situación de Assange, Washington apeló la sentencia. El presidente Joe Biden se ha mostrado a favor de que el fundador de WikiLeaks sea juzgado en EE.UU.
Por su parte, el abogado Aitor Martínez, miembro del equipo de defensa de Assange, ha denunciado su situación y espera que la Justicia británica ponga fin a los requerimientos de Washington. Además, señaló que las autoridades deben asegurar que "el periodismo libre no puede sucumbir ante el derecho penal norteamericano".
Assange se encuentra actualmente en la prisión londinense de Belmarsh. En el caso de que se concrete el proceso de extradición a Estados Unidos, el activista corre peligro de ser condenado hasta 175 años de cárcel por cargos relacionados con la Ley de Espionaje.