Un total de cinco diplomáticos permanecerán en la Embajada checa en Moscú luego de que Rusia declarara personas no gratas a 20 empleados. Así lo declaró a los periodistas el jefe del departamento internacional de la Administración Presidencial de la República Checa, Rudolf Jindrák, que destacó que prácticamente todos los empleados del departamento político de la Embajada deberán abandonar Rusia, al tiempo que aclaró que las personas en cuestión "no son ningunos agentes" de los servicios especiales checos.
La contramedida del Gobierno ruso fue tomada en respuesta a la expulsión de la República Checa de 18 diplomáticos bajo la sospecha de que trabajaban para los servicios de inteligencia rusos, a los que acusan de estar implicados en la explosión de un depósito militar en 2014.