La Policía mató a cientos de personas en Río de Janeiro a pesar de que la Corte Suprema prohibió las redadas durante la pandemia
Joao Pedro Mattos, de 14 años, murió en mayo de 2020 durante un operativo policial tras recibir un tiro en la espalda cuando se encontraba tranquilamente en casa de sus tíos en el Complejo Salgueiro, una favela de Río de Janeiro. "La Policía entró de una manera cruel, disparando sin preguntar", relató entonces Neilton Pinto, el padre de Joao Pedro.
Su muerte impulsó una serie de protestas para denunciar la violencia ejercida por la Policía en un contexto ya de por sí profundamente marcado por las muertes por covid-19. Un mes después, el Supremo Tribunal Federal (STF) dictaminó que las redadas debían suspenderse durante la pandemia y solo podían permitirse en casos excepcionales.
Según un estudio publicado por Geni, un grupo de investigación de la Universidad Federal Fluminense, entre junio de 2020 y febrero de 2021, la Policía mató a 685 personas en este estado. El 85 % de las muertes ocurrieron en la zona metropolitana de Río de Janeiro.
No obstante, asegura la organización, la decisión del Supremo redujo en un 34 % el número de muertes causadas por los agentes y salvó por lo menos a 288 personas a lo largo de 2020. En 2019, la Policía mató a 1.643 personas en este estado.
Las operaciones en las favelas descendieron un 64 % entre junio y septiembre, en comparación con los años anteriores. Una tendencia que cambió en octubre cuando asumió el cargo el nuevo gobernador de Río de Janeiro, Cláudio Castro, y la decisión del STF fue "violada sistemáticamente". Las redadas aumentaron un 38 % en relación al mes anterior.
Castro sustituyó a Wilson Witzel, quien fue obligado a dejar el cargo tras ser acusado de corrupción. Desde que llegó al poder en 2018, Witzel endureció las políticas de seguridad –defendió el uso de francotiradores y helicópteros– en las operaciones policiales contra el crimen, a pesar del alto riesgo que estas medidas suponen para la población.
Redadas ineficientes
Otro estudio de Geni muestra que solo el 1,7 % de las operaciones de la Policía fueron eficientes en la región metropolitana entre 2007 y 2020. Los investigadores señalan que las redadas son mal planeadas y como consecuencia se registra un elevado número de muertes.
Desde el pasado viernes, el STF analiza las estrategias para reducir las operaciones policiales en las favelas de Río de Janeiro. "La complejidad [de la situación] no debe impedir reconocer algo tan evidente: no es posible tolerar que vidas inocentes, sobre todo negras, continúen perdiéndose impunemente. Que esta audiencia también sirva para decir basta", afirmó el juez Edson Fachin.
Según el informe Anuario Brasileño de Seguridad, que elabora cada año el Foro Brasileño de Seguridad Pública (FBSP), en el primer semestre de 2019, 25.712 personas fueron asesinadas en Brasil, lo que equivale a una persona cada 10 minutos. De este total, 3.181 murieron en operaciones policiales, un aumento de un 6 % frente al mismo periodo de 2018, cuando hubo 3.002 muertes.