La violenta represión del Ejército de Myanmar deja más de 250.000 desplazados, según el enviado de la ONU

La represión de la Junta Militar de Myanmar contra los manifestantes antigolpistas ha provocado el desplazamiento de cerca de 250.000 personas, declaró este miércoles Tom Andrews, enviado de la ONU para supervisar la situación en el país asiático.

"Horrorizado al saber que, además de asesinar al menos a 737 personas y detener a más de 3.200, los ataques de la junta ya han dejado a casi un cuarto de millón de personas de Myanmar desplazadas", señaló Andrews, en un comunicado publicado en Twitter.

El Ejército ha intensificado el uso de la fuerza para sofocar las manifestaciones masivas contra el golpe de Estado del 1 de febrero, que destituyó a la líder Aung San Suu Kyi y a los miembros de su partido político.

En las redes sociales, los manifestantes han compartido videos denunciando que el Ejército dispara indiscriminadamente contra la población civil.

Padoh Mann Mann, portavoz de una brigada de la Unión Nacional Karen (KNU), una de las facciones étnicas birmanas, manifestó que más de 2.000 personas de la etnia karen han cruzado ya la frontera de Myanmar con Tailandia y que otros miles están desplazados internamente.

En Mandalay, la segunda ciudad más grande del país, se han llevado a cabo manifestaciones diarias en rechazo al régimen militar. Las protestas pacíficas se han caracterizado por la participación de monjes budistas.

Reportan que militares de Myanmar abrieron fuego en un funeral mientras el país llora a las víctimas del día más sangriento desde el golpe militar

Las minorías étnicas del país han mantenido durante décadas luchas armadas intermitentes por una mayor autonomía en las zonas fronterizas. Los opositores al golpe estarían buscando una alianza con estos grupos como forma de reforzar su resistencia, informa AP.  

Cumbre

En medio de la creciente ola de violencia, el próximo sábado en Yakarta se llevará a cabo una cumbre con los líderes de los países del sudeste asiático (ASEAN) para analizar la situación. La esperada participación en la cumbre del líder golpista, Min Aung Hlaing, ha enfurecido a activistas y grupos de derechos humanos.

"Min Aung Hlaing, que se enfrenta a sanciones internacionales por su papel en las atrocidades militares y la brutal represión de los manifestantes prodemocráticos, no debería ser bienvenido en una reunión intergubernamental para abordar una crisis creada por él", dijo Brad Adams, director en Asia de Human Rights Watch, recoge AFP.

El Ejército de Myanmar ha defendido su actuación desde el golpe militar, alegando que las elecciones de noviembre estuvieron marcadas por el fraude.