La vocera del Ministerio de Exteriores de Rusia, María Zajárova, calificó este miércoles de "tontería" las declaraciones del jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, sobre las supuestas "acciones disruptivas de los servicios de Inteligencia rusos contra los intereses y la seguridad" del bloque, en el contexto de una escalada de tensiones entre Moscú y Praga.
"Ya hemos respondido a esta tontería. Por lo tanto, ha llegado el momento de las contrapreguntas. ¿Qué están haciendo los servicios especiales de los países de la UE en todo el mundo? Es hora de que el jefe de la diplomacia europea presente un informe detallado sobre este asunto, en apoyo a los Estados miembros: ¿dónde están, cuántos están, qué están haciendo?", escribió Zajárova en su cuenta de Facebook.
Previamente, Borrell declaró que "la UE expresa su total solidaridad con la República Checa", que el pasado sábado anunció la expulsión de 18 diplomáticos rusos, y prometió respaldar todos los próximos pasos que tome Praga, a la vez que tachó de "desproporcionada" la reacción de Moscú a las acciones checas.
"Rusia debe desistir de las actividades que amenazan la seguridad y la estabilidad en Europa. [...] Las acciones disruptivas de los servicios de inteligencia rusos contra los intereses y la seguridad de la UE y sus Estados miembros seguirán siendo recibidas con la más firme determinación, incluso a nivel de la UE, según corresponda", indicó Borrell.
Escalada de tensiones
El 17 de abril, la República Checa anunció su determinación de expulsar a 18 empleados de la Embajada rusa en Praga que, según la versión checa, son funcionarios de los servicios de Inteligencia de Rusia, y a los que acusa de estar implicados en las explosiones que tuvieron lugar en 2014 en unos depósitos militares situados en la localidad de Vrbetice, en el este de ese país centroeuropeo.
Al rechazar todas esas acusaciones, Moscú replicó que Praga tomó tal medida bajo "pretextos infundados y descabellados" y que la decisión tenía una "huella estadounidense". Luego declaró a 20 diplomáticos checos como personas no gratas. En cumplimiento de esa exigencia, apenas cinco empleados permanecen en la Embajada de la República Checa en la capital rusa.
Este miércoles, desde la Cancillería checa amenazaron con expulsar a más diplomáticos rusos si Moscú no permite el regreso de los suyos, a lo que el Kremlin recordó que el presidente Vladímir Putin había dejado ya en claro que las conversaciones con Rusia en el estilo de ultimátum no tienen perspectivas.