La construcción del gasoducto Nord Stream 2, que aumentará el suministro de gas ruso a Europa, y los obstáculos que pone Washington al proyecto plantean una cuestión clave para los países europeos: si son capaces de proteger sus propios intereses a pesar de las exigencias que les impone EE.UU., estima la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova.
"Es un proyecto existencial para Alemania", dijo la vocera este jueves en una entrevista con RT DE, afirmando que no se trata de una opinión propia, sino de algo que ha oído decir a representantes alemanes y que ha leído en análisis de distintos expertos germanos. "Ellos califican este proyecto de energía como existencial para ellos", reiteró.
El Nord Stream 2 es "un proyecto de negocios" que "no está vinculado a lo político, sino al desarrollo de Alemania", continuó Zajárova. "¿Y si mañana un presidente de Estados Unidos, sea Biden, Obama, Trump o alguien más, le ordenara a Alemania que deje de respirar, obedecerá Alemania y así lo hará?", se preguntó. La alternativa, apunta, es darse cuenta de que "si no respira, tampoco existirá".
Zajárova cree que se trata de una pregunta de importancia que "todos evitan responder". Esa respuesta es un indicador de la capacidad de salvaguardar los propios intereses nacionales, pero, según ella, en muchos países europeos "la respuesta es negativa".
- El Nord Stream 2 supone el tendido de dos líneas de gasoducto desde la costa báltica rusa hasta la costa alemana.
- EE.UU. se opone rotundamente al proyecto mientras promueve la venta de su propio gas licuado a Europa. Al mismo tiempo, Ucrania y otros países vecinos se muestran también contrarios porque quieren conservar el volumen de tránsito de gas ruso que actualmente atraviesa sus territorios en antiguas tuberías.
- Gran parte de los políticos alemanes apoyan la construcción y rechazan las sanciones unilaterales de Washington contra operadoras y empresas e instituciones implicadas en el proyecto.
- En una reciente alocución ante la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, la canciller alemana Angela Merkel enfatizó que el gas transportado por el primer Nord Stream "no es peor" que el gas ruso que transita a través de otros países.