Pekín adelanta en la "zona gris" una guerra contra Canberra, lo que podría derivar en un conflicto real en el futuro, afirmó en abril de 2020 el general de división Adam Findlay a los soldados australianos, en un informe confidencial difundido esta semana por The Sydney Morning Herald.
El entonces comandante de los cuerpos especiales de Australia –que luego dimitió pero sigue asesorando a las Fuerzas de Defensa– destacó las medidas que los militares de su país estaban tomando para evitar esa guerra, pero además habló de la "alta probabilidad" de que un conflicto real pudiera estallar debido a la impredecible naturaleza de los asuntos exteriores.
"¿Quién creen ustedes que es la principal amenaza [regional]?", preguntó el general Findlay a sus tropas y oficiales, para de seguidas dar su respuesta: "China". "Bien, si China es una amenaza, ¿cuántas brigadas de fuerzas especiales hay en China? Deben saber que hay 26.000 efectivos chinos de las Fuerzas de Operaciones Especiales", añadió, cita el medio sus palabras.
Según revelaron múltiples fuentes que prefirieron permanecer en anonimato, Findlay dijo a los efectivos que si la amenaza de conflicto se hacía realidad, la Fuerza de Defensa Australiana debía confiar no solo en sus capacidades tradicionales de aire, tierra y mar, sino en las de utilizar la guerra cibernética y espacial.
También destacó la necesidad de que la organización militar reafirmara su presencia y pasara a jugar un rol "en primer lugar" en el sudeste asiático y el sudoeste del Pacífico, y habló de cómo supuestamente se descubrió información que mostraba que China estaba tratando de explotar su "ausencia" en la región. "Tenemos que asegurarnos de no perder el impulso, volver a la región", habría subrayado el militar, que entonces resaltó los estrechos vínculos de Australia con Indonesia.
Findlay también habría declarado que "China planeó un juego" para evitar cruzar las tradicionales líneas rojas militares y que, en cambio, estaba llevando a cabo una forma más sutil de ataque. "Saben que las democracias occidentales tienen paz, y entonces, cuando cruzan una línea, nos enfadamos mucho. Entonces empezamos a bombardear a la gente", apuntó, según las fuentes. "China dijo: seamos más inteligentes. Juguemos por debajo del umbral, antes de ir a la guerra. Consigamos cosas estratégicamente, sin que haya guerra. Así que ahora tenemos una nueva dimensión", agregó.
De acuerdo con el informe, el alto militar declaró que China se ha centrado en la "guerra política", lo que le ha permitido "conseguir efectos estratégicos sin llegar a la cinética". La guerra política consiste en que un país alcance sus intereses utilizando una serie de medios encubiertos y manifiestos que no son una guerra real, sino otros como las palancas comerciales, las operaciones de inteligencia, la interferencia extranjera, la diplomacia y las operaciones cibernéticas. Mientras que "guerra cinética" es un término militar que se aplica cuando el conflicto implica una fuerza letal.
Findlay afirmó que para "evitar que estalle la guerra", los militares australianos deben competir contra las "limitaciones coercitivas" impuestas a Canberra por Pekín y "poner al adversario en desventaja", reza el documento.
Aumento de tensiones en la región
Este lunes, el ministro de Defensa de Australia, Peter Dutton, declaró en una entrevista a The Sydney Morning Herald que no se puede descartar una guerra por Taiwán. Asimismo, dijo que Australia "ya está siendo atacada" en el ámbito cibernético y que quiere mantener un "debate más franco con el público" sobre las intenciones de China.
El alto funcionario afirmó que la primera prioridad del Gobierno australiano es "mantener la paz en nuestra región", pero, advirtió, el país debe ser capaz de defender sus aguas al norte y al oeste, como una prioridad.
Por su parte, el secretario australiano del Interior, Michael Pezzullo, manifestó el pasado 27 de abril que "los tambores de la guerra suenan" al compás de las tensiones en la región de Asia-Pacífico y el Mar de China Meridional. "En un mundo de tensión y pavor perpetuos, los tambores de la guerra suenan, a veces débiles y distantes, y otras veces más fuerte y cada vez más cerca", dijo el funcionario en un discurso dirigido al personal del Ministerio con motivo del Día de Anzac, que conmemora a los australianos y neozelandeses que han servido y muerto en el servicio militar de sus naciones.
Por su parte, el exprimer ministro Kevin Rudd subrayó que la escalada de la retórica "no sirve para nada a la seguridad nacional" y corre el riesgo de avivar las tensiones con Pekín. Mientras, el exministro de Asuntos Exteriores Bob Carr apuntó que "la diplomacia australiana debería identificar las vías de escape que eviten la pesadilla" de una guerra por Taiwán.
El aumento de las tensiones en la región se produce tras el incremento de la actividad militar china en aguas del mar de China Meridional, que es vista por Australia, EE.UU., Reino Unido, Francia, Japón y Filipinas como una amenaza a la "libertad de navegación". Las acciones de Pekín fueron seguidas por el despliegue de grupos de ataque de portaviones estadounidenses.
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