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La poca conocida matanza de chinos ocurrida hace 110 años en México por la que López Obrador pidió perdón
"El Estado mexicano no permitirá nunca más el racismo, la discriminación y la xenofobia", dijo el mandatario durante un acto en recuerdo de las más de 300 personas asesinadas.
Entre el 13 y el 15 de mayo de 1911 fueron asesinados en Torreón, en el estado mexicano de Coahuila, 303 chinos. Por este hecho, el presidente del país, Andrés Manuel López Obrador, ha decidido pedir perdón.
Este acto obliga al Estado mexicano a asumir su "responsabilidad y culpa", dijo el presidente durante un evento celebrado este lunes en Torreón, en el que estuvo presente el embajador de China en México, Zhu Qingqiao.
El mandatario añadió que, además del perdón, este gesto es para "aceptar el compromiso con el pueblo y la República Popular de China de que el Estado mexicano no permitirá nunca más el racismo, la discriminación y la xenofobia".
Zhu Qingqiao, por su parte, afirmó que "la sombra de lo que pasó en Torreón ya se ha disipado y la amistad entre China y México se ha vuelto cada vez más fuerte a lo largo del tiempo".
El evento, además, sirve para que muchos mexicanos conozcan acerca de esa masacre. De acuerdo con palabras que ofreció previamente el mandatario, muchos de sus conciudadanos "no han tenido la información de lo que sucedió en 1911 y posteriormente".
Durante la Revolución Mexicana
Esta matanza sucedió durante la Revolución Mexicana, que comenzó el 20 de noviembre de 1910 y derrocó al gobierno de Porfirio Díaz.
En su alocución, López Obrador mencionó que "el testimonio con más rigor histórico y literario es el que ofrece el escritor Julián Herbert", en su libro 'La casa del dolor ajeno', publicado en 2015.
En Torreón se había asentado desde finales del siglo XIX y principios del XX una comunidad de chinos, que huían de una de las tantas crisis de China de la época, especialmente de la región de Cantón. También escapaban de la persecución racial en EE.UU.
En mayo de 1911, cuando grupos revolucionarios entraron a la ciudad, había entre 600 y 700 chinos en Torreón.
"Se vivió una gran tragedia. Los revolucionarios se prepararon con anticipación para tomar la plaza y el Ejército Federal se dispuso a defenderla a sangre y fuego", contó López Obrador en el acto.
El mandatario señaló que los revolucionarios 'maderistas' (llamados así por Francisco I. Madero, iniciador del movimiento revolucionario) eran más numerosos y obtuvieron la victoria.
Un día antes del inicio de las hostilidades para tomar Torreón, la Sociedad de Comerciantes y Trabajadores Chinos de esta ciudad distribuyó un volante en el que advertía sobre posibles saqueos a sus negocios.
"Es muy probable que durante la refriega se desate una multitud que se dé a saquear las tiendas, por eso aconsejamos a nuestra gente que cuando las multitudes se junten cierren sus puertas y se escondan, y bajo ninguna circunstancia abran sus negocios ni salgan a ver la pelea; y si forzaran algunas de sus tiendas, no opongan resistencia y déjenlos tomar lo que quieran, puesto que de otro modo sus vidas correrían peligro", decía el documento, que leyó el mandatario mexicano.
Asaltados por cuadrillas
Sin embargo, la advertencia fue en vano, porque ocurrió la matanza. Los campesinos asiáticos fueron asaltados al menos tres veces por cuadrillas de revolucionarios: llegaba una y les quitaba legumbres y herramientas, luego otra los despojaba de ropas y centavos, y al final venía una tercera columna y los azotaba o apuñalaba porque ya no tenían nada que dar.
A la mayoría —dijo el mandatario— "se les ejecutó porque sí, por odio racial, por envidia económica, por sevicia [crueldad excesiva] y para entretenimiento de la tropa".
Además de las 303 personas de origen chino que fueron asesinadas, también cayeron otras cinco de ascendencia japonesa, detalló López Obrador.
El mandatario dijo que esto no se detuvo ahí, puesto que después de este genocidio "se continuó persiguiendo y asesinando impunemente a miembros de la comunidad china en México" para robarles y por racismo.
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