La casa familiar de la líder indígena de la etnia munduruku Maria Leusa Kaba ardió en llamas en la aldea Fazenda Tapajós, en el sudoeste del estado de Pará. Tan solo quedaron a la vista los pilares de madera que soportaban la estructura. Los 'garimpeiros' (mineros ilegales) llegaron furiosos con bidones de gasolina y también quemaron otra vivienda.
El ataque fue su respuesta a una megaoperación de la Policía Federal contra la minería ilegal en la zona. Pará es uno de los centros de este tipo de actividades en la Amazonía y parte de estos emprendimientos clandestinos están en territorio Munduruku, con una población de unas 14.000 personas, distribuidas en 130 aldeas.
Maria Leusa Kaba ya había sido amenazada de muerte en varias ocasiones por su oposición a la minería ilegal. En marzo, la sede de la Asociación de Mujeres Munduruku, que ella dirige, también fue atacada.
De nada sirvió que esta semana Luis Roberto Barroso, un juez de la Corte Suprema, ordenase al Gobierno adoptar medidas para proteger los Territorios Indígenas Yanomami y a los Munduruku.
El miércoles por la tarde, hombres armados invadieron violentamente la aldea de esta lideresa y aunque nadie resultó herido, sus habitantes todavía están en estado de shock.
El movimiento Munduruku Ipereg Ayu consideró "inaceptable" que incluso con la presencia de la Fuerza Nacional en la región, la aldea de una de sus principales lideresas fuese invadida. "Tememos por la vida de quienes luchan incansablemente por defender la vida del pueblo Munduruku y el futuro de todos en este planeta", advirtió.
Pero ni siquiera la presencia de las autoridades frena a los mineros. Horas antes del ataque en esta aldea, un grupo de hombres atacó con palos y piedras a un contingente de la Fuerza Nacional y de la Policía Federal.
Parlamentarios del Partido Socialismo y Libertad (PSOL) exigió a la vicefiscal de la República que se adopten medidas urgentes para proteger la aldea. Recordaron que los derechos indígenas están protegidos en la Constitución, a pesar de que el Gobierno "en línea con la política antindígena y racista de Bolsonaro" actúa de manera opuesta a los valores que se defienden en la Carta Magna.
La semana pasada, un grupo de 'garimpeiros' fuertemente armado también atacó la comunidad de Paliminú, dentro del Territorio Indígena Yanomami, en el estado de Roraima. Cuando un día después la Policía acudió al lugar para investigar lo sucedido fue recibida con disparos de los mineros ilegales.
En medio de esta escalada de violencia, que en parte se debe a la reducción de los controles de las agencias ambientales, el presidente Jair Bolsonaro visitará este viernes São Gabriel da Cachoeira, en el estado de Amazonas, para participar en la puesta en marcha de un puente que une la ciudad a la comunidad Tierra Indígena Balaio.
Durante una retransmisión en Facebook hace unos días, el ultraderechista –defensor de la explotación de los recursos naturales en tierras indígenas– anunció que visitaría la comunidad de Maturacá en este viaje. El anuncio, sin embargo, no ha sido confirmado por el Palacio de Planalto. Varios líderes locales ya han repudiaron la posible visita.