Dos cazas MiG-31K rusos capaces de portar los misiles hipersónicos Kinzhal han sobrevolado este viernes un área del mar Mediterráneo por donde navega un portaviones británico. Las aeronaves estuvieron acompañadas por bombarderos Tu-22M3 y el grupo se entrenó en la destrucción de objetivos convencionales, informan los militares rusos.
Las maniobras, que han comenzado este viernes en el Mediterráneo oriental con la participación de la aviación y de varios buques y submarinos, coinciden con la navegación por esta misma zona de un grupo de ataque de la Armada británica encabezado por el portaviones Queen Elizabeth.
"Los pilotos de los aviones han obtenido las capacidades prácticas para cumplir tareas en regiones geográficas nuevas", comentó a la prensa el comandante de la aviación rusa de largo alcance, el teniente general Serguéi Kobylash. El alto oficial explicó que esta vez se plantearon tareas de destrucción de un enemigo convencional, que fueron "cumplidas con alta calidad". "El equipo aéreo ha vuelto a comprobar su gran seguridad", afirmó.
El enemigo convencional con propiedades predeterminadas fue simulado de forma digital por el sistema de mando de una fragata rusa, detalló el Ministerio de Defensa del país euroasiático.
Los aviones han aterrizado en la base aérea rusa de Jmeimim, en la costa mediterránea de Siria, tras finalizar su entrenamiento.
Se trata de la primera vez que cazas MiG-31K son desplegados en Jmeimim, destaca la agencia RIA Novosti. Hasta mayo, la pista de aterrizaje de la base no era lo suficientemente larga como para acoger a este tipo de aviones, portadores de las más novedosas armas rusas. Sin embargo, tras su reconstrucción, ahora permite tanto aterrizar como despegar a todas las aeronaves de las Fuerzas Aéreas rusas.
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