La Cumbre del Mercado Común del Sur (Mercosur) que se realizó este jueves volvió a evidenciar la profunda tensión que se vive al interior del bloque, ya que los presidentes de Brasil, Jair Bolsonaro, y Uruguay, Luis Lacalle Pou, insistieron en la necesidad de flexibilizar las normas para que cada uno de los miembros de este bloque puedan negociar acuerdos comerciales por su cuenta con otros países, lo que es rechazado por el argentino Alberto Fernández.
Una de las expectativas de esta sesión presidencial, en la que Argentina le traspasó la presidencia semestral del bloque a Brasil, estaba centrada en si habría o no reconciliación entre Lacalle y Fernández, quienes en la pasada reunión realizada en marzo intercambiaron duras acusaciones.
El encuentro estuvo enmarcado en un clima de tensión, ya que la víspera Uruguay anticipó que comenzará a negociar, a título individual, acuerdos comerciales con otros países o bloques, a pesar de que ello está prohibido por las reglas del Mercosur. El canciller Francisco Bustillo tampoco hizo pública esta decisión durante la cumbre de ministros que se había realizado durante la jornada.
Aunque Uruguay confirmó su pertenencia al Mercosur, en los hechos esta decisión implicaría un quiebre institucional, ya que para flexibilizar las normas, como pide Lacalle, se necesita el consenso de todos los países miembros. Un solo voto basta para impedir los cambios, y en ese caso se encuentra Argentina, que se niega a una apertura de este tipo por considerar que sería perjudicial para el bloque.
La cancillería uruguaya aseguró que este país defiende "la modernización del bloque a través de una agenda de negociaciones externas sustantiva, ágil, dinámica, flexible y permanente". También desató una controversia al asegurar que la decisión que obliga al consenso para negociar acuerdos comerciales por fuera del Mercosur en realidad no está en vigencia.
Pero Argentina no coincide. Por eso, en su discurso Fernández, que era el más esperado para saber que le respondería a Lacalle, advirtió que el Tratado de Asunción, que es el documento fundacional del Mercosur, preserva el principio de una política comercial común.
"Implica que las negociaciones deben iniciarse y concluirse de manera conjunta, cualquier propuesta debe estar basada en el consenso", reiteró.
Protección
El presidente argentino explicó que el Mercosur debe coordinar tratados comerciales con otros estados y regiones a través de los mecanismos ya acordados para establecer prioridades en las negociaciones que están en marcha y en otras que se pueden iniciar, pero siempre de común acuerdo.
"Mercosur es un bloque abierto al mundo con negociaciones activas. Nuestra posición es clara, creemos que el camino es cumplir el Tratado de Asunción, negociar juntos con terceros países o bloques y respetar figura de consenso con base en la toma de decisiones en nuestro proceso de integración", dijo.
El consenso, añadió, ha evitado que a lo largo de los 30 años de la historia del Mercosur se tomen decisiones que afecten a uno o varios de sus miembros. "Es el camino más racional para preservar intereses comunes, fortalecer la convivencia y pone en la mesa de debate cuánto nos necesitamos unos a otros", dijo.
Fernández señaló que los pueblos de los países miembros del bloque están mirando a sus dirigentes "en momentos históricos en que las divisiones de América Latina sólo pueden fomentar la debilidad, la fragmentación, la polarización, la disgregación de energías comunitarias y fisuras de proyectos grandes y generosos".
En un mensaje directo a Lacalle, el presidente argentino denunció que si alguno de los miembros actúa solo, por su cuenta, "alimentaremos espejismos de una vana prosperidad", pero "unidos podemos consolidar un Mercosur creativo que avanza de la mano de sus pueblos y no se corta solo imponiendo visiones unilaterales".
Defensa
Después de Fernández, le tocó el turno a Bolsonaro, quien en un breve mensaje reiteró su apoyo a la flexibilización que también impulsó Lacalle. El presidente uruguayo confirmó que comenzaría a buscar negociaciones comerciales individuales con nuevos socios para ampliar sus propios mercados.
"Hemos comunicado que Uruguay pretende avanzar con otros países y esto no significa vulnerar ni violentar la regla de consenso", dijo al contradecir las advertencias que un rato antes había hecho el presidente argentino.
"Vamos a respetar el ordenamiento jurídico vigente del Mercosur (...) el mundo va muy rápido, se está entrelazando comercialmente y el final de la pandemia va a hacer que estas negociaciones se disparen, el mundo va hacia allá y no nos va a esperar, por eso les queremos decir que hacia allá va el Uruguay, ojalá vayamos todos juntos", afirmó.
Desacuerdos
El pasado 26 de marzo, la conmemoración de los 30 años del Mercosur culminó con un enfrentamiento entre Fernández y Lacalle Pou por las políticas de flexibilización comercial del bloque.
"Obviamente que el Mercosur pesa, obviamente que su actividad de producción pesa en el concierto internacional, lo que no debe ser es un lastre, no estamos dispuestos a que sea un 'corset' en el cual nuestro país no se pueda mover", advirtió Lacalle durante una intervención que destacó por su tono crítico hacia el funcionamiento en general de este grupo.
"Si nos hemos convertido en otra cosa, en una carga, lo lamento, la verdad es que no queremos ser una carga para nadie (...) hago hincapié en terminar con esas ideas que ayudan tan poco a la unidad, en momentos en que la unidad tanto nos importa. No queremos ser lastre de nadie. Si somos un lastre, que tomen otro barco", respondió un enojado Fernández.