"Punto de partida para levantar el piso de igualdad": Perú ante la encrucijada del debate constitucional
En las últimas dos décadas, en Suramérica se han llevado a cabo varios cambios constitucionales o, concretamente, la redacción de nuevas Cartas Magnas.
Para el experto en Relaciones Internacionales, Luciano Acedo Salim, estas iniciativas de cambio constitucional han servido de base para promover la política social y como "punto de partida para levantar el piso de igualdad y de equidad" en los países donde se han aplicado.
"Indudablemente que las reformas de la Constitución, principalmente la de 1999 en Venezuela, la del año 2008 en el Ecuador y la del 2009 en Bolivia produjeron cambios políticos, económicos y sociales importantes", dijo.
Destacó que estos países, de tinte progresista, "permitieron institucionalizar sus reformas económicas, sociales, culturales y medioambientales" con sus nuevas cartas magnas.
La perspectiva de Perú
Este debate ha redondo a la palestra pública tras la asunción del nuevo presidente de Perú, Pedro Castillo, quien tomó posesión el pasado miércoles.
"Juro por los campesinos, los pueblos indígenas, los ronderos, los pescadores, los docentes, los profesionales, los niños, jóvenes y mujeres, que ejerceré el cargo de presidente. Juro por los pueblos del Perú, por un país sin corrupción y por una nueva Constitución", dijo el mandatario frente al Parlamente, al asumir las riendas del país.
Pero esa promesa no tiene un camino fácil en el país suramericano, puesto que la Carta Magna vigente, que data de 1993, durante la dictadura de Alberto Fujimori, no contempla la figura de una asamblea constituyente para que redacte un nuevo texto constitucional.
La Constitución actual solo habilita la reforma constitucional, pero únicamente mediante el voto de una mayoría absoluta de los miembros del Parlamento, que debe ser ratificada por medio de un referéndum o por una segunda aprobación en la legislatura siguiente. El problema es que el partido Perú Libre, de Castillo, solo tiene 37 curules de los 130 en el Congreso, a pesar de que es la bancada con más legisladores.
Castillo, además, estará bajo el acoso de la oposición fujimorista que, con sus 24 parlamentarios, representa a la segunda bancada más importante en el Congreso, por lo que la búsqueda de alianzas con otras fuerzas será una de sus tareas fundamentales para Castillo.