Los precios de los alimentos, en alza ante la pandemia y catástrofes naturales
Los fenómenos meteorológicos son cada vez más frecuentes y extremos debido al cambio climático. En los últimos meses, varias regiones del mundo, incluida América Latina, han experimentado sequías, incendios forestales, fuertes lluvias e inundaciones. Estas condiciones, sumadas al impacto de la pandemia, han afectado a los precios de los alimentos a nivel mundial.
En particular, Brasil vive uno de los inviernos más fríos de los últimos tiempos con temperaturas muy bajas, que llegaban a los 10 grados Celsius bajo cero en los estados del sur del país. Paralelamente, subió el precio del café, el azúcar y las naranjas. El país es el principal productor y exportador de café en el mundo, mientras que el tipo de café arábigo ha alcanzado el mayor precio en los últimos siete años. Desde las empresas ya han manifestado que esto puede trasladarse a los productos en supermercados.
Las fuertes lluvias en China han provocado grandes inundaciones en la provincia de Henan, lo que causó pérdidas millonarias a la industria agrícola y ganadera. En el país han subido los precios de la carne de res, cordero y las aves de corral, mientras que el precio del cerdo se mantuvo estable.
En Europa, afectada por las fuertes inundaciones, y en Norteamérica, que sufrió una fuerte ola de calor, se ha registrado el aumento del precio de los futuros del trigo. Han subido también los precios de la soja y del maíz.
La Agencia de la ONU para la Alimentación y la Agricultura calculó el índice mensual de precios de los alimentos, y resultó que en junio del año pasado se estimaba en 93,2 puntos, mientras que este junio ya alcanzaba los 124,6 puntos.
Durante la pandemia, además, se registraron interrupciones de las cadenas de suministro. Algunos de los factores han sido la mayor demanda, la falta del personal, restricciones de tránsito y la falta de contenedores de carga.
El politólogo Eduardo Vior opina que el aumento de los precios de los alimentos se debe no solo al cambio climático, sino también a la insuficiente recuperación de la economía mundial.