Este 1 de agosto, 6 meses después del comienzo del golpe de estado en Myanmar, el general Min Aung Hlaing, jefe del Estado Mayor y líder de la junta militar, declaró en un discurso televisado la extensión del estado de emergencia en el país hasta agosto del año 2023, informaThe Guardian.
Asimismo, prometió celebrar elecciones multipartidistas en el país, tras cancelar a finales de julio los resultados de las elecciones del 2020, alegando más de 11 millones de casos de fraude electoral. El general también expresó su compromiso de continuar la colaboración con la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN) y trabajar con el nuevo enviado especial del bloque para Myanmar, quien buscará poner fin a la violencia y promover el diálogo entre la junta y sus oponentes.
El 24 de abril se celebró una cumbre de emergencia para abordar la crisis actual en Myanmar. Los líderes de los 10 Estados miembros de la ASEAN, incluido el general Min Aung Hlaing, establecieron cinco puntos de consenso sobre la crisis de Myanmar, entre los cuales están el cese de la violencia, la solución pacífica de la crisis a través del diálogo, así como el nombramiento del enviado especial para la mediación en el país.
El golpe de Estado
El pasado 1 de febrero tuvo lugar en Myanmar un golpe de Estado en el que los militares derrocaron al Gobierno encabezado por la premio Nobel Aung San Suu Kyi, al tiempo que arrestaron al presidente del país, Win Myint, y a otros funcionarios de alto rango. El Ejército prometió devolver el poder a un gobierno civil después de unas elecciones que aún no se han realizado.
De seguidas se desató una ola de protestas contra la junta, tras lo cual las nuevas autoridades cerraron el acceso a Facebook, la red social más popular del país, y luego bloquearon casi por completo Internet. Las protestas fueron reprimidas por los militares de manera violenta: más de 760 personas murieron, incluidos no menos de 50 niños, y más de 4.800 personas fueron arrestadas, entre ellas 80 periodistas.
En medio del golpe de estado se produjo también una crisis sanitaria. En el país asiático existe una grave escasez de oxígeno, equipos médicos y medicamentos. Al mismo tiempo, por la falta de médicos, muchos hospitales han tenido que suspender su actividad. Según advirtió Tom Andrews, relator especial de las Naciones Unidas sobre la situación de los derechos humanos en Myanmar, el país corre el riesgo de convertirse en un gran proliferador del coronavirus.