Más de 60 países emitieron una declaración conjunta, que fue difundida por el Departamento de Estado de EE.UU., en la que afirman que los afganos y ciudadanos extranjeros que quieran salir de Afganistán "deben poder hacerlo".
"Dado el deterioro de la situación de seguridad, apoyamos, estamos trabajando para asegurar y pedimos a todas las partes que respeten y faciliten la salida segura y ordenada de los ciudadanos extranjeros y afganos que deseen salir del país", dice el documento.
Las autoridades de EE.UU., Alemania, Australia, Canadá, Francia, Italia, Japón, Corea del Sur, Catar y Reino Unido, entre otros, afirmaron que "quienes ocupan puestos de poder y autoridad en todo Afganistán son responsables —y rinden cuentas— de la protección de las vidas humanas y los bienes, y del restablecimiento inmediato de la seguridad y el orden civil".
El documento añadió que las carreteras, los aeropuertos y los pasos fronterizos deben permanecer abiertos y se debe mantener la calma. "El pueblo afgano merece vivir con seguridad y dignidad. En la comunidad internacional estamos dispuestos a ayudarles", reza la declaración.
Ante la llegada de los talibanes a Kabul, multitud de personas se apresuraron a abandonar el país y el aeropuerto de la capital se convirtió en escenario de caos y estampidas.
El portavoz del Pentágono, John Kirby, señaló a los reporteros que las tropas norteamericanas ya asumieron, junto a sus colegas afganos, el control del tráfico aéreo en el aeropuerto de Kabul y aseguró que los vuelos comerciales continúan volando, a pesar de las interrupciones y los retrasos registrados anteriormente.
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