El Estado Islámico del Gran Jorasán, rama del grupo terrorista, al que el Gobierno estadounidense culpa de los mortíferos atentados que se produjeron este jueves en Kabul, se formó en el este de Afganistán hace 6 años y se convirtió rápidamente en una de las mayores amenazas a nivel mundial. A pesar de los años de la campaña militar de la coalición liderada por Washington, la organización salafista yihadista sobrevivió y lanzó un nuevo ataque masivo a medida que EE.UU. y sus socios de la OTAN retiran sus tropas del territorio afgano, y cuando los talibanes* han vuelto al poder.
El presidente Joe Biden citó la amenaza de atentados del EI para mantener la fecha límite del 31 de agosto para la retirada de las fuerzas estadounidenses de Afganistán. Culpó al grupo de los ataques cerca del aeropuerto de la capital afgana, perpetrados por dos terroristas suicidas, que se encontraban entre la multitud de civiles frente a las puertas de las instalaciones controladas por los miembros del servicio estadounidense. "Que aquellos que llevaron a cabo este ataque, así como cualquiera que desee [hacer] daño a América (EE.UU.), sepan esto: No perdonaremos. No olvidaremos. Los cazaremos y les haremos pagar", declaró durante un discurso desde la Casa Blanca.
Por su parte, el analista internacional Nicola Hadwa, apuntó que encuentra "muy sospechoso" el atentado que se produjo en el aeropuerto de Kabul, ya que "hay voces en EE.UU. que piden no retirarse y quedarse en Afganistán". Agregó que los ataques podrían provocar que el país prolongue "su presencia artificial" en territorio afgano.
¿Qué es el Estado Islámico del Gran Jorasán?
La filial del EI en Asia Central surgió en los meses posteriores a que el núcleo de combatientes del grupo arrasara en Siria e Irak, forjando un autodenominado califato, o imperio islámico, en verano del 2014. En Siria e Irak, las fuerzas locales e internacionales necesitaron 5 años de combates para hacerlos retroceder. La rama afgana toma su nombre de la región del Gran Jorasán, que abarcaba gran parte de Afganistán, Irán y Asia Central en la Edad Media. El grupo también se conoce como 'ISK' o 'ISIS K'.
El grupo comenzó con varios centenares de combatientes talibanes pakistaníes, que se refugiaron al otro lado de la frontera en Afganistán, después de que las operaciones militares los expulsaran de su país de origen. Allí se les unieron otros extremistas de ideas afines, entre ellos combatientes talibanes afganos descontentos con lo que ellos –a diferencia de Occidente– consideraban las formas excesivamente moderadas y pacíficas de los talibanes.
A medida que los talibanes buscaban conversaciones de paz con EE.UU. en los últimos años, otros radicales descontentos se pasaron al Estado Islámico, más extremista, aumentando su número. La mayoría de ellos se sentían frustrados por las negociaciones con las autoridades estadounidenses en un momento en el que pensaban que el movimiento podría lograr una victoria militar.
El grupo también ha atraído a un cuadro importante del Movimiento Islámico de Uzbekistán, país vecino; a combatientes de la única provincia de mayoría musulmana suní de Irán; y a miembros del Partido Islámico del Turquestán, formado por uigures del noreste de China. Muchos de ellos se sintieron atraídos por la ideología violenta y extrema del Estado Islámico, que incluye la promesa de un califato para unir el mundo islámico, un objetivo que los talibanes nunca adoptaron.
¿Por qué el EI Jorasán es una importante amenaza terrorista?
Mientras que los talibanes han limitado su lucha al territorio afgano, el grupo Estado Islámico en Afganistán y Pakistán ha hecho suyo el llamamiento a una yihad mundial contra los no musulmanes.
El Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos, con sede en Washington, contabiliza decenas de atentados que los combatientes del EI han lanzado contra civiles en Afganistán y Pakistán, incluyendo a la minoría musulmana chií, así como cientos de enfrentamientos con las fuerzas afganas, pakistaníes y de la coalición liderada por EE.UU. desde enero del 2017, informa AP. Aunque el grupo aún no ha llevado a cabo ataques contra el territorio de EE.UU., el Gobierno estadounidense cree que representa una amenaza crónica para sus intereses y los de sus aliados en el sur y centro de Asia.
¿Cuál es su papel con los talibanes?
Mientras que los funcionarios de inteligencia afirman que los combatientes de Al Qaeda están integrados entre los talibanes, estos, por el contrario, han llevado a cabo importantes ofensivas coordinadas contra el EI en Afganistán. Los insurgentes se unieron en ocasiones a las fuerzas gubernamentales afganas y estadounidenses para expulsar al grupo terrorista del noreste del país.
Un funcionario del Departamento de Defensa de Estados Unidos, que habló con AP bajo condición de anonimato, declaró anteriormente que la administración de Donald Trump había buscado su acuerdo de retirada en el 2020 con los talibanes en parte con la esperanza de unir fuerzas con ellos contra la filial del EI. Las autoridades norteamericanas veían en aquel momento a ese grupo terrorista como la verdadera amenaza para su país.
¿Por qué es tan peligroso ahora?
Incluso cuando EE.UU. tenía tropas de combate, aviones y drones armados estacionados sobre el terreno en Afganistán para vigilar y golpear al Estado Islámico, los militantes de esa organización fueron capaces de mantener los ataques a pesar de sufrir miles de bajas, señalaron los analistas Amira Jadoon y Andrew Mines en un informe para el Centro de Lucha contra el Terrorismo de West Point.
La retirada está privando a Estados Unidos de su capacidad de ataque sobre el terreno en Afganistán, y amenaza con debilitar también su capacidad de rastrear al Estado Islámico y su planificación de ataques, agregaron los expertos. Los funcionarios de la administración Biden afirman que el EI es solo una de las muchas amenazas terroristas a las que se enfrentan a nivel mundial e insisten en que pueden manejarla con los llamados 'activos militares y de inteligencia sobre el horizonte', basados en los Estados del Golfo, en portaviones o en otros sitios más distantes.
Uno de los mayores temores de las autoridades estadounidenses, al retirar sus fuerzas de combate después de dos décadas, es que Afganistán, bajo el gobierno de los talibanes, vuelva a convertirse en un imán y una base para los extremistas que planean ataques contra Occidente. Según señaló a la CNN el pasado domingo el consejero de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, esa amenaza es algo en lo que "estamos centrados, con todas las herramientas de nuestro arsenal".