En Argentina se vive la última jornada de las campañas electorales de las elecciones primarias internas de cada partido en vista a los comicios legislativos de noviembre. Esta es la primera llamada a las urnas con Alberto Fernández de presidente, y estará marcada por las medidas en la lucha contra la pandemia.
Es el primer test electoral desde que comenzó la pandemia y por ello los comicios primarios abiertos simultáneos y obligatorios (PASO), que se realizarán el próximo 12 de septiembre en Argentina, tienen un sinfín de particularidades.
Sufragio en tiempos de pandemia
Por ejemplo, habrá alrededor de 17.000 facilitadores sanitarios, quienes serán los encargados de cuidar que se cumplan todas las medidas preventivas para mitigar la propagación del covid-19. Principalmente se limitará la cantidad de personas que se encuentren dentro de los establecimientos educativos donde se realicen votaciones.
El objetivo es que haya poca circulación de votantes y que no se produzcan aglomeraciones ni demoras, por lo que también se aumentaron los centros de sufragio en un 20% en comparación con el año 2019. Además, esta vez solo habrá ocho mesas en cada colegio electoral.
También habrá un horario especial para que emitan su voto aquellos que pertenezcan a un grupo con factores de riesgo. Y se sugiere a los votantes que no usen la saliva para cerrar sus sobres y que lleven su propio bolígrafo para firmar su acta de escrutinio.
Clima de desánimo
Los preparativos extra quizás sean parte del motivo de cierto desaliento o desánimo que vive buena parte de la población ante esta primera prueba en las urnas.
La consultora Opina Argentina trabajó sobre las sensaciones que tienen los ciudadanos y agregó otras razones para comprender esta apatía, a pocos días del domingo.
"Hay sectores que obviamente han sido golpeados por las consecuencias de la crisis, por el nivel de desempleo, también por problemas anteriores que tenía la Argentina como el de la inflación, y de alguna manera se puede leer o se puede percibir cierto desencanto con el sistema político", opina Andrés Gilio, director de la consultora.
Y concluye: "Ese es uno de los interrogantes que de alguna forma la elección va a contestar. Nosotros vemos que hay caldo de cultivo".
Candidatos vistosos y polémicos
Pero los elementos llamativos no se limitan a lo que tiene que ver con las medidas preventivas solamente. Los precandidatos también aportan lo suyo, como por ejemplo lo que podría pasar en la legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Allí podría ser que haya un diputado disfrazado de payaso, que desde su partido Renovador Federal promete sancionar leyes de tono liberal llevando puesto ese particular atuendo y haciéndose llamar 'El payaso Marulito'.
También puede suceder que, a su lado haya una legisladora y estudiante universitaria que a sus 18 años supo reivindicar a los referentes de la última dictadura militar, como Jorge Rafael Videla, un genocida condenado a prisión perpetua por delitos de lesa humanidad.
La polémica afirmación fue hecha hace 2 años en las redes sociales. Ya en la actualidad la joven aclaró que la expresión virtual del pasado había sido una ironía y no un deseo de la realidad.
Una prueba de fuego
Lo cierto es que puede ocurrir que ninguno de ellos llegue finalmente a ser candidato, porque toda fuerza partidaria el próximo domingo deberá superar el 1,5% de los votos para estar en la elección definitiva de noviembre.
Para los partidos denominados chicos, será una prueba de fuego para seguir en carrera. Las fuerzas grandes lo tomarán como una especie de encuesta abierta en la que consolidarán a sus candidatos.
Mientras que, para la sociedad, será otra oportunidad para consolidar la democracia, a pesar del ánimo con el que se arriba a esta cita obligatoria.
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