La creación de una alianza trilateral entre Estados Unidos, Reino Unido y Australia y la consiguiente rescisión por Canberra de un programa de suministro de submarinos franceses, ha desatado esta semana la ira de Francia, que calificó de "puñalada por la espalda" la decisión del país oceánico y no tardó en cancelar una recepción prevista en su embajada en Washington con motivo de una efeméride.
Según la opinión de Alexéi Kupriyánov, investigador principal del Instituto de Economía Mundial y Relaciones Internacionales de la Academia Rusa de Ciencias, la rescisión del contrato entre Francia y Australia "no es solo un golpe a la industria naval francesa, sino también un golpe a las ambiciones de París en esta parte del mundo, ya que los franceses veían a Canberra como un aliado clave".
El politólogo alemán Alexánder Rar también considera que la insatisfacción de Francia se debe tanto a razones "políticas" como "comerciales". "Si los estadounidenses siguen presionando a Europa en el tema de China, Francia podría volver a retirarse de la OTAN", especuló el analista, en referencia a la decisión que tomó París en 1966 de retirarse del mando militar integrado de la Alianza.
Por su parte, la directora del Instituto para la Democracia y la Cooperación, Natalia Narochnítskaya, considera poco probable que haya consecuencias graves. "Desgraciadamente, la Francia actual no tiene ninguna influencia real sobre Washington, más allá de las declaraciones", se lamenta Narochnitskaya. No obstante, "los franceses recibieron lo que merecieron", opina la experta, al tiempo que sugiere que "con una relación constructiva con Rusia" cualquier país europeo podría tener más influencia.
Mientras, el editor en jefe de la revista 'Russia in Global Affairs', Fiódor Lukiánov, también piensa que no cree que "se pueda esperar que Europa tome medidas decisivas que no sean actos provocativos como la cancelación de eventos". Lukiánov recuerda que ahora el Indo-Pacífico se convierte en el espacio principal de la competencia entre Estados Unidos y China, por lo que es lógico que EE.UU. busque a los aliados en esta región.
- El presidente de EE.UU., Joe Biden; el primer ministro británico, Boris Johnson; y el primer ministro de Australia, Scott Morrison, anunciaron este miércoles la formación de una nueva alianza de seguridad y de cooperación en materia de defensa para el Indo-Pacífico.
- La cooperación trilateral, que llevará el nombre de AUKUS, prevé que EE.UU. ayude a Australia con tecnologías necesarias para dotarse de submarinos de propulsión nuclear.
- El programa rescindido de dotación de submarinos por parte de Francia implicaba la construcción de una flota de 12 sumergibles convencionales, en el marco de un contrato multimillonario entre el país europeo y Australia, estimado en unos 66.000 millones de dólares.
- París canceló este viernes una recepción que debía celebrarse en la Embajada francesa en Washington con motivo del 240.º aniversario de la Batalla de la Bahía de Chesapeake, en la que se enfrentaron la Flota francesa y la Marina inglesa. Aunque ninguno de los dos bandos obtuvo una victoria clara, aquella contienda allanó el camino para la independencia estadounidense frente a la corona británica.