Alrededor de 19.000 migrantes, la mayoría de ellos haitianos, se encuentran varados en la frontera de Colombia a la espera de poder cruzar hacia Panamá. El número de extranjeros que llega a la zona, especialmente a la localidad colombiana de Necoclí, ha ido aumentando en los últimos días y en las playas pueden observarse carpas donde se alojan temporalmente.
Su intención es continuar su camino hacia EE.UU. a pesar de la amenaza de deportación a la que se enfrentan si consiguen ingresar en la potencia del norte. Su represamiento se debe a que el Gobierno de Panamá no permite el paso masivo y solo aprueba que 250 personas crucen diariamente por esta zona fronteriza.
La situación continúa complicándose porque la presión migratoria no para de aumentar y, según señala la Defensoría el Pueblo de Colombia, cada día llegan entre 1.000 y 1.200 personas que optan por esperar hasta que puedan cruzar, por lo que el hacinamiento se sigue incrementando.
Las condiciones han dado lugar a una alerta sanitaria en esta población de 72.000 habitantes. Se enfrentan a escasez de recursos sanitarios y de agua y a la acumulación de basuras que provocan riesgos de brotes de infecciones entre los llegados y entre la población autóctona.
Según el último informe de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, en lo que va de año alrededor de 70.000 migrantes han llegado hasta Necoclí, entre los que se encuentran más de 13.000 niños. Solo en mayo 25.000 migrantes pasaron por esta localidad, una cifra superior a la de todo 2016.
Alerta sanitaria
Los migrantes en Necoclí están padeciendo problemas de salud, se encuentran aquejados sobre todo de diarreas, sarpullidos y enfermedades respiratorias.
Las condiciones que soportan son duras, protegidos con exiguas carpas, hacen allí sus necesidades y cocinan con agua no potable. La falta de higiene hace mella en su salud y los más afectados son los niños y las mujeres embarazadas.
El Hospital de San Sebastián de Urabá está sobrepasado, atiende diariamente 60 consultas de esta población, de las que alrededor del 60 % corresponde a niños, la mayoría de ellos afectados con diarreas. Además, Cruz Roja atiende a otras 60 personas cada jornada.
El camino de los migrantes
Las migraciones en el continente americano se frenaron en seco en 2020. Con el estallido de la pandemia de coronavirus los flujos cesaron motivados, sobre todo, por el cierre de fronteras que decretaron casi todos los países.
Ahora, en 2021 el tránsito se ha restablecido, si cabe, con mayor intensidad. Una circunstancia que se traduce en un aumento de la actividad de las bandas dedicadas al tráfico de personas.
Así, este mismo martes se ha producido la desarticulación de una organización criminal dedicada al tráfico irregular de personas que operaba entre Panamá y Costa Rica. La Fiscalía Primera Superior contra la Delincuencia Organizada de Panamá ha informado de que se han detenido en el marco de una operación denominada 'Crepúsculo' a 21 personas en territorio panameño y 24 en Costa Rica.
Entre los migrantes, últimamente destaca una nacionalidad, la haitiana. Son personas que escapan de su país huyendo de la violencia de las bandas armadas, de la escasez de alimentos, de las catástrofes naturales y de la crisis política de un país que ha visto como su presidente Jovenel Moïse fue asesinado en su propia casa en julio en medio de un complot internacional todavía no aclarado.