El primer ministro de Perú afirma que "de ninguna manera" puede considerar a Venezuela como una "dictadura"
La postura del Gobierno de Perú sobre Venezuela pareciera definirse con el paso de los días y separarse de las de algunos de sus vecinos, que consideran a Nicolás Maduro como un "dictador", luego de la controversia entre el presidente del Consejo de Ministros, Guido Bellido, y el vicecanciller, Luis Enrique Chávez, por el reconocimiento de las autoridades del país caribeño.
En esta oportunidad, el jefe del Gabinete del presidente Pedro Castillo afirmó en una entrevista del Correo, al referirse a Venezuela: "De ninguna manera puedo considerar a un hermano país una dictadura. Es un país que viene construyendo su propia democracia".
Estas nuevas declaraciones reafirman el posicionamiento de Lima sobre Caracas, después de las polémicas declaraciones del viceministro de Relaciones Exteriores, quien aseguró que su país no reconocería a ninguna autoridad legítima en Venezuela.
En esa oportunidad, Bellido, quien ha sido duramente atacado por la oposición peruana y que tiene abierta una investigación por presunto terrorismo, aclaró que lo expresado por el viceministro Chávez "no es la postura del Gobierno" y que el presidente peruano se reunió con su par, Nicolás Maduro, en el marco de la reciente Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) "para solucionar la crisis migratoria". "Si al canciller o a su adjunto no le gusta, tienen las puertas abiertas", sentenció.
Desacuerdo con el vicecanciller
Bellido recalcó que Castillo estableció unos lineamientos desde la campaña presidencial, con unas directrices de trabajo claras, por lo que "no puede haber un vicecanciller que diga que no hay una autoridad reconocida, porque contradice al presidente".
Agregó que el líder de Perú Libre "tiene una postura diferente, que no busca continuar con "una política de Estado del anterior Gobierno". "Su prioridad es mejorar las relaciones en Latinoamérica y con todos los países", precisó.
Las relaciones entre ambos países llegaron a su punto más bajo tras la conformación del Grupo de Lima (2017), un cónclave surgido en la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos (OEA) con la finalidad de "resolver la crisis venezolana", a través de medidas y mecanismos regionales que buscaban deponer al mandatario venezolano.
Al ser consultado sobre la continuación del canciller Óscar Maúrtua, que reemplazó a Héctor Béjar, quien renunció pocos días después de haber sido nombrado en medio de una polémica por unas declaraciones viejas sobre la organización Sendero Luminoso, reiteró que "tiene las puertas abiertas" y que debe ajustarse a la política de Castillo.
En opinión del jefe de Consejo de Ministros, si las "convicciones personales" chocan con la política del Gobierno deben asumirse o tomar otra decisión. "¿Qué sentido habría con estar en un Gobierno con el que no estás de acuerdo?", se preguntó.
A pesar de esta advertencia, la Cancillería de Perú emitió un comunicado el pasado martes en el que dejó claro que "nunca ha roto las relaciones diplomáticas con Venezuela" y que estas se mantienen "a nivel consular".