Los bloques opositores de la Cámara de Diputados de Chile formalizaron este miércoles la acusación constitucional en contra del presidente Sebastián Piñera, después de que la investigación internacional conocida como los Papeles de Pandora lo vinculara con la millonaria venta de una empresa minera a través de operaciones en guaridas fiscales.
El documento, que marca el inicio de un proceso que analizará la destitución o inhabilitación del mandatario, fue firmado por 15 diputados que consideran que Piñera debe responder ante el Congreso porque faltó a la probidad a la que lo obliga su cargo y comprometió el honor de la Nación.
A partir de ahora, el presidente deberá ser notificado, en un plazo máximo de tres días, de la acusación en su contra. Una vez que este trámite se cumpla, contará con 10 días para presentar su defensa de forma personal o por escrito ante la comisión parlamentaria creada ex profeso para este caso. Mientras tanto, deberá cumplir un arraigo, lo que implica que no podrá salir del país sin antes pedir autorización a la Cámara de Diputados.
Si se cumplen los tiempos, la comisión deberá votar a más tardar el 8 de noviembre si la acusación procede o no y enviarla al pleno. Si la desecha, el trámite termina y no podrá reabrirse. Si la acepta, Piñera quedará suspendido de sus funciones y entonces la Cámara de Diputados deberá discutir la acusación. Para que sea admitida, se requiere el voto de por lo menos 78 de los 155 legisladores que integran este órgano.
La palabra final la tendrá el Senado, que decidirá si Piñera es culpable o inocente de los cargos que se le imputan.
Todo esto ocurre cuando faltan solamente cinco meses para que el presidente deje el cargo, ya que el 10 de marzo de 2022 entregará al poder a quien gane las elecciones generales del próximo 21 de noviembre.
Esta es la segunda denuncia de este tipo que enfrenta Piñera, ya que fue acusado por las violaciones a los derechos humanos cometidas durante las represiones a las históricas protestas de 2019, pero el trámite no prosperó en la Cámara de Diputados.
La denuncia
Después de recibir la acusación constitucional, la Cámara de Diputados sorteó a los miembros de la comisión que analizará el caso y que terminó integrada por cuatro legisladores de oposición, Raúl Florcita Alarcón, Pepe Auth, Virginia Troncoso y Maya Fernández; y una cercana al oficialismo, Paulina Núñez.
Estos cinco parlamentarios analizarán la investigación de los Papeles de Pandora, realizada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, que reveló que Carlos Delano, uno de los empresarios más acaudalados de Chile y amigo de Piñera, compró en 2010 Minera Dominga, una firma en la que la familia presidencial tenía mayoría de acciones.
El pago fue de 152 millones de dólares en tres cuotas a través de una guarida fiscal, las Islas Vírgenes Británicas.
La última cuota dependía de que no hubiera cambios regulatorios que obstaculizaran la instalación de la mina y su puerto, decisión que le correspondía al Gobierno, lo que Piñera, que ya era presidente, efectivamente cumplió.
Esta medida implicaría, por lo menos, un grave conflicto de intereses, ya que permitió que los inversionistas, incluyendo a la familia del mandatario, obtuvieran una ganancia del 1.000 % en 18 meses.
La controversia ha provocado que se ponga en duda la viabilidad de operaciones de la mina, debido a que es un proyecto fuertemente resistido por los ambientalistas y que ahora está bajo la sombra de la corrupción.
Tormenta política
El escándalo fue inmediato y se sigue intensificando, aunque Piñera ha reiterado su inocencia al asegurar que es una acusación "vieja", ya investigada por tribunales chilenos que lo absolvieron.
Sin embargo, la Fiscalía de Chile no coincidió con el mandatario y el pasado viernes inició una investigación penal en su contra en la que le imputa delitos tributarios y sobornos.
La presión política es generalizada, ya que los candidatos presidenciales advirtieron que Piñera debe dar todas las explicaciones necesarias.
En las voces críticas se incluye Sebastián Sichel, el candidato de la coalición oficialista Vamos Chile, que ha visto afectada su campaña por la debacle de imagen que padece el presidente.
De hecho, en las últimas semanas Sichel pasó del segundo al tercer o incluso cuarto lugar en las encuestas de intención de voto rumbo a las elecciones. El favorito, por ahora, sigue siendo el izquierdista Gabriel Boric, quien apuesta por la destitución de Piñera.