El Departamento de Defensa de Estados Unidos ha ofrecido indemnizaciones a los familiares de los 10 civiles que murieron en un ataque lanzado con dron por militares estadounidenses en Kabul durante su retirada de Afganistán el pasado mes de agosto.
Las autoridades de EE.UU. no han especificado la cantidad de las compensaciones.
El Pentágono aclaró que, además de las compensaciones, está trabajando con el Departamento de Estado para apoyar a aquellos miembros de la familia afectada interesados en emigrar a EE.UU., informa Reuters.
El secretario de Prensa del Departamento de Defensa de EE.UU., John Kirby, admitió que todos los fallecidos del ataque con dron en Afganistán fueron víctimas inocentes que no estaban vinculadas al ISIS-K, ni representaban una amenaza para las tropas estadounidenses.
En una entrevista con RT, Emal Akhmadi, padre de una niña de dos años que murió en el ataque, asegura que nadie puede compensarlos. "Si nos dan toda la fortuna del mundo entero, esto no será suficiente. Es imposible. No se puede compensar el asesinato de un niño. Esta pérdida no tiene remedio", lamentó, al tiempo que exigió una investigación oficial.
El pasado 29 de agosto, Kabul fue escenario de un ataque con dron de las fuerzas norteamericanas que le costó la vida a 10 civiles, incluidos siete menores de edad. En un primer momento, los militares estadounidenses declararon que su ataque iba dirigido contra un coche bomba de los terroristas del ISIS-K.
Posteriormente, EE.UU. reconoció que su ataque "fue un error". Asimismo, el general Kenneth McKenzie, jefe del Mando Central de Estados Unidos, confirmó que "es poco probable que el vehículo y los fallecidos estuvieran asociados con el ISIS-K, o representaran una amenaza directa para las fuerzas estadounidenses".