Ciudadanos que han sido víctimas o han tenido familiares que han muerto por la pandemia del covid-19 en Brasil rindieron declaraciones ante la Comisión de Investigación Parlamentaria dedicada a analizar la gestión sanitaria del Gobierno de Jair Bolsonaro, y emitieron diversas críticas contra su administración.
Durante una sesión parlamentaria celebrada el lunes, los senadores escucharon cómo estas personas perdieron a sus padres, esposos, hijos y hermanos, e incluso lo que ellos mismos sufrieron al contagiarse del covid-19.
Los afectados pidieron al Parlamento brasileño que haga justicia, luego de emitir una serie de críticas sobre el comportamiento del presidente Bolsonaro durante la pandemia, así como sus declaraciones en contra de la vacunación.
En ese sentido, resaltaron que Bolsonaro siempre se ha manifestado en contra del sentido común, ha sido un adversario de los controles sanitarios y de la ciencia e incluso ha promovido aglomeraciones masivas, además de criticar el uso de tapabocas, defender la tesis de la inmunidad colectiva y mostrarse en contra de la vacunación.
"El dolor es grande, pero el deseo de justicia es mayor. Estoy aquí hoy para representar a las diversas familias que pasaron por el dolor que pasamos nosotros", dijo Katia Shirlene Castilho dos Santos, una mujer que perdió a sus padres por el covid-19 y que sostiene que muchas "vidas, sueños e historias" se destrozaron por la negligencia gubernamental.
"¡Queremos justicia! La sangre de cada una de las víctimas fluye por las manos de cada uno que subestimó el virus", agregó Castilho sobre la enfermedad, que en Brasil ha ocasionado la muerte de más de 600.000 personas.
Críticas contra Bolsonaro
Durante la sesión, Castilho contó que la experiencia que vivió junto a su madre enferma en el hospital fue "muy dolorosa" porque tuvo que escuchar las declaraciones del presidente de Brasil, que la llenaron de angustia y dolor.
"Cuando vemos a un presidente de la República imitando a una persona con dificultad para respirar, es muy doloroso para nosotros. Si tuviera una idea del daño que le hace a la nación, además de todo el daño que ya hizo, no haría eso", comentó Castilho.
En la jornada también rindió testimonio el presidente de la ONG Río de Paz, Antonio Carlos Costa, quien señaló a Bolsonaro como la "antítesis de todo lo que se esperaba de un presidente de la República".
"Nunca lo vimos derramar lágrimas de compasión o expresar un profundo pesar por el pueblo brasileño. No sabíamos qué favela visitó ni el hospital al que fue para comunicar aliento a nuestros profesionales de la salud. No hubo palabras de dirección ni de aliento para los millones de familias que están atónitas por la múltiple crisis que se ha producido en nuestro país", resaltó.
Costa también recordó que observó con "perplejidad" cómo Bolsonaro apoyaba "manifestaciones públicas y antidemocráticas que fomentaban el hacinamiento, regañaba a periodistas, llamaba a la gente cobarde y se burlaba de los que agonizaban por falta de aire".
También lamentó que el presidente se divirtiera "jugando con motos de agua y al fútbol". "Comía dulces en un bar mientras promovía un golpe militar y el uso de medicamentos sin eficacia probada, rechazaba el uso de máscaras, menospreciaba el distanciamiento social y banalizaba el poder letal del virus", agregó.
La dramática situación en Manaos
Otro testimonio lo dio la enfermera Mayra Pires Lima, quien perdió en enero pasado a su hermana, que tenía cuatro hijos, por el coronavirus.
Pires vive en Manaos, una región que sufrió el colapso masivo de la red de salud pública y que experimentó la muerte de miles de pacientes por falta de oxígeno.
La experiencia de esta enfermera fue dramática, y denunció ante los senadores que conseguir una cama en la unidad de cuidados intensivos de un hospital era imposible.
"Mi hermana, en cinco días de síntomas, en la fase inflamatoria de la enfermedad, necesitaba una UCI, y lamentablemente la UCI tardó 10 días mientras estaba en el hospital. La ciudad de Manaos se convirtió en un desierto", comentó.
Pires explicó que en la ciudad las únicas personas que caminaban eran los profesionales de la salud, la policía y los servicios esenciales, y añadió que tuvo que salir a buscar oxígeno para su hermana y reunir el dinero para comprarlo junto a su familia porque este insumo escaseaba en los hospitales.
Bolsonaro debe disculparse
Durante la sesión, otro ciudadano identificado como Márcio Antonio do Nascimento Silva realizó un acto simbólico y entregó una caja con pañuelos que previamente había entregado la ONG Río de Paz en Copacabana, como protesta por las víctimas mortales del coronavirus en Brasil.
En su testimonio, Márcio Antonio comentó que perdió a su hijo por el covid-19 y exigió una disculpa al presidente Bolsonaro, al calificar sus actos y declaraciones como irresponsables, pues recuerda que el presidente aseguraba que el coronavirus era solo una 'pequeña gripe' y que siempre iban a existir personas que muriesen por cualquier enfermedad.
"Creo que nos merecemos una disculpa de la máxima autoridad del país. Porque no es una cuestión política, ya sea de un partido o de otro. Estamos hablando de la vida de las personas. Cada declaración aquí, en cada testimonio, sentimos lo que le sucedió al otro y agregamos lo que el otro le faltó por decir. Entonces, nuestro dolor no es para reír, no somos payasos, ¿entiendes? Es real", acotó.
¿Qué pasará ahora?
La comisión que investiga estos hechos tiene entre sus atribuciones elaborar un informe concluyente sobre la gestión y responsablidad de Bolsonaro y sus funcionarios sobre la pandemia.
Ese documento, que se presentará el próximo martes 26 de octubre, debe incluir solicitudes de acusación contra las personas consideradas como responsables del agravamiento de la crisis sanitaria en el país.
Según confirmó el senador Renan Calheiros, relator de la comisión parlamentaria, Bolsonaro podría ser imputado por al menos 11 delitos, que "van desde crímenes de responsabilidad hasta crímenes comunes, crímenes contra la salud pública y crímenes contra la humanidad".
También se espera que la comisión pida cambios a la legislación vigente y una de las posibilidades es que se proponga un proyecto para que el gobierno federal proporcione una compensación a los huérfanos de hasta 21 años que hayan perdido a sus padres a causa de la enfermedad y que han tenido que asumir el dolor emocional y las responsabilidades financieras para su sostenimiento.