Un devastador incendio arrasó bosques antárticos en la época de los dinosaurios
Un estudio publicado recientemente en la revista científica Polar Research encontró vestigios de un devastador incendio que, hace 75 millones de años, arrasó el bosque de una región antártica que hoy en día corresponde a la isla James Ross.
Al estudiar algunos fragmentos de carbón que se conservaron en el suelo del lugar, entre dos glaciares, la paleobióloga Flaviana Jorge de Lima, de la Universidad Federal de Pernambuco en Recife (Brasil), y sus colegas los atribuyen a las plantas coníferas que abundaban en ese territorio antes del desastre que redujo a cenizas la vegetación.
La región de casi 2.600 kilómetros cuadrados es una de las mayores islas adyacentes a la punta de la península Antártica. Sin embargo, los científicos creen que en el período Cretácico tardío todavía formaba parte de un tramo más grande de tierra firme proveniente del ya fracturado y disuelto paleocontinente Gondwana.
En ese entonces, los dinosaurios aún dominaban James Ross y se cree que huyeron del desastre para salvar sus vidas, cuya imagen ha sido recreada por el equipo investigador. No obstante, el incendio de la vegetación pudo haber sido un fenómeno repetitivo, según las muestras presentadas en 2015, después de una de las expediciones anteriores hacia la península Antártica, donde se halló evidencia de otro incendio, también dentro del Cretácico tardío, que azotó lo que hoy es la isla Nelson, ubicada en el mismo archipiélago.
El nuevo artículo considera que el "incendio forestal natural" pudo originarse por el impacto de rayos, bolas de fuego, chispas y también debido a las erupciones de volcanes. "Es plausible que la actividad volcánica encendiera ese paleoincendio forestal que creó el carbón", afirman los autores. A continuación, explican que esta intensa actividad volcánica estaba "causada por la tectónica durante el Cretácico, como sugiere la presencia de restos fósiles en estratos relacionados con la caída de ceniza".
Además, la conservación de trozos de hasta 38 milímetros de largo sugiere, en opinión del equipo, que se trata de carbón parautóctono (una estructura geológica que se forma a gran distancia del lugar en que se encuentra), porque este frágil material se habría fragmentado mucho más en contacto con el mar. El análisis paleobotánico de los hallazgos apuntan a la madera de alguna especie de Araucaria como el material original de los fragmentos recogidos.
Si te ha gustado, ¡compártelo con tus amigos!