Político australiano sugiere que la única forma de cumplir el Compromiso Global del Metano sería "disparar al ganado"

Australia rechaza sumarse al Compromiso Global del Metano impulsado por la UE y EE.UU., que consiste en reducir el 30 % de las emisiones de metano para 2030. La decisión fue anunciada este jueves por el primer ministro de Australia, Scott Morrison, quien se refirió a una posible amenaza al sector ganadero si el país se adhiere a la iniciativa, recoge Reuters.

Las emisiones de metano provienen de gases naturales. Entre sus fuentes, figuran las minas a cielo abierto y el ganado. El metano, en comparación con el dióxido de carbono, se descompone con mayor facilidad, pero atrapa más el calor en la atmosfera, lo que lo convierte en el segundo mayor responsable del calentamiento global.

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Esta semana, el Gobierno australiano se comprometió a lograr la neutralidad de carbono para el año 2050. Sin embargo, las autoridades no creen posible conseguir las metas establecidas con relación al metano y reducir drásticamente las emisiones del gas generadas en el país.

Por su parte, Barnaby Joyce, el vice primer ministro y el líder del Partido Nacional de Australia, cuya base se halla fundamentalmente en la comunidad agraria y ganadera, considera que la medida equivale a una "catástrofe para la producción de ternera, el engorde a corral, la industria láctea y minera".

"La única manera de reducir en un 30 % las emisiones de metano para el año 2030 […] sería agarrar un fusil, salir a la granja y disparar al ganado", manifestó Joyce frente a los periodistas.

Sin embargo, su país vecino Nueva Zelanda, otro de los mayores emisores de metano debido a la industria láctea y la cría de ovejas, "está considerando adherirse al compromiso y pronto tomará la decisión", según señaló el ministro de Cambio Climático, James Shaw.