"Lo que hicimos fue torpe": Biden afirma que tenía la impresión de que Francia había sido informada de la suspensión del contrato con Australia

El acuerdo millonario cancelado tras la creación de AUKUS preveía la construcción de una flota de 12 sumergibles convencionales, estimados en unos 66.000 millones de dólares.

El presidente de EE.UU., Joe Biden, ha confesado este viernes en el marco de la reunión con su homólogo francés, Emmanuel Macron, que pensaba que París hace mucho tiempo había sido informado sobre la cancelación del acuerdo con Australia sobre el suministro de submarinos franceses a la nación oceánica, informa Reuters.

"Juro por Dios, no sabía que no había sido informada", recalcó el mandatario estadounidense. "Lo que hicimos fue torpe", se lamentó.

Por otra parte, destacó que Francia es un aliado muy importante para EE.UU. y señaló que no existe un lugar donde los dos Estados no puedan cooperar. "Quiero dejarlo claro, Francia es un aliado extremadamente, extremadamente valioso", subrayó Biden, tras afirmar también que la nación europea es una potencia de por sí, mientras que ambos países tienen "un sistema de valores común".

Por su parte, Macron señaló que las partes "aclararon lo que debían aclarar". "Ahora es importante asegurarse de que una situación así sea imposible en el futuro", agregó.

"Es una reunión importante porque después del asunto de AUKUS hemos iniciado un proyecto auténtico conjunto", reveló el mandatario francés.

La reunión entre Biden y Macron se produce en vísperas de la cumbre del G20, que se celebrará el 30 y 31 de octubre en Roma (Italia).

La millonaria 'crisis de los submarinos'

En septiembre, Estados Unidos, Reino Unido y Australia pactaron la alianza AUKUS que hizo nulo el contrato firmado con anterioridad entre París y Canberra. El acuerdo millonario preveía la construcción de una flota de 12 sumergibles convencionales, estimados en unos 66.000 millones de dólares.

La decisión de Canberra desató fuertes tensiones entre los países miembros del nuevo pacto y Francia, que la calificó de "puñalada por la espalda" y no tardó en llamar a consultas a los embajadores franceses en Estados Unidos y Australia, aunque posteriormente retiró la medida.

No obstante, distintos expertos señalaron que, incluso en plena crisis de las relaciones entre Francia y sus aliados, parecía poco probable que París recurriera a medidas drásticas dado que no posee las capacidades militares ni económicas suficientes como para "cerrar de golpe la puerta".