El Consejo de Ministros de Etiopía ha declarado este martes el estado de emergencia en todo el territorio del país ante la amenaza de los rebeldes de lanzar una ofensiva contra la capital.
El documento, que entró en vigor de inmediato y será aprobado por la Cámara de Representantes etíope en las próximas 48 horas, prevé la prohibición de la difusión de cualquier tipo de discurso que contradiga al oficial y persecución de los que presten ayuda financiera o moral a los grupos rebeldes. Asimismo, se prohibe organizar manifestaciones y portar armas sin permiso, así como circular por las zonas urbanas sin documentos o interrumpir procesos de producción importantes.
Además, las autoridades de la capital del país, Adís Abeba, ordenaron este martes por la mañana a los residentes registrar sus armas y prepararse para defender la ciudad, recoge Reuters.
Previamente, el separatista Frente de Liberación del Pueblo de Tigray (FLPT) anunció la captura de tres ciudades en la región de Amhara –Dessie, Kombolcha y Burka–, ubicadas a unos 380 kilómetros de la capital. El portavoz de la organización, Getachew Reda, señaló que su objetivo es derrocar el Gobierno federal y establecer un diálogo nacional bajo un nuevo gabinete interino. Los ministros actuales, encabezados por el premio nobel de la Paz, Abiy Ahmed, deben ser juzgados, afirmó.
La noche del lunes, en un comentario a Reuters, Reda confirmó que una alianza con el Ejército de Liberación Oromo, que lucha por la independencia de la etnia más grande de Etiopía, sigue vigente y no descartó una ofensiva contra Adís Abeba. "Si para lograr nuestros objetivos en Tigray es necesario que marchemos a Adís Abeba, lo haremos, pero no estamos diciendo que vayamos a Adís Abeba", indicó.
Conflicto en Tigray
En noviembre de 2020, las tropas etíopes y eritreas ocuparon la región de Tigray, enfrentándose a la feroz resistencia del FLPT hasta que en junio ambos Ejércitos se retiraron de la zona. El conflicto armado dejó miles de muertos y 5 millones de personas necesitadas de ayuda.
En verano, los rebeldes lanzaron una contraofensiva, logrando el control sobre varios territorios en las vecinas regiones de Amhara y Afar. Un nuevo operativo de las tropas federales y milicias progubernamentales, iniciado en septiembre, no ha cambiado las cosas.