Adiós a Bolsa Familia tras 18 años. El programa estrella con el que el expresidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva consiguió desde 2003 reducir la pobreza extrema, la inseguridad alimentaria y la desigualdad en Brasil otorgó en octubre su último pago.
El programa, que ponía como condiciones la escolarización de los niños, tener la cartilla de vacunación al día y priorizaba a las mujeres como responsables del beneficio financiero, fue considerado un modelo a nivel mundial en la erradicación de la pobreza.
Ahora será sustituido por otro, Auxilio Brasil, con el que el presidente ultraderechista Jair Bolsonaro pretende recuperar la popularidad perdida de cara a las elecciones de 2022, en las que muy probablemente se medirá con Lula.
Terminar con Bolsa Familia, así como todo lo que oliera a izquierdismo, fue una de las principales promesas de campaña de Bolsonaro.
Giro de 180º
Sin embargo, la pandemia le obligó a dar un giro de 180º a su narrativa inicial contraria a los programas sociales y puso en marcha una ayuda de emergencia a los más vulnerables, que terminó también este mes, disparando de nuevo los niveles de pobreza y pobreza extrema.
El nuevo programa solo estará vigente hasta después de las elecciones presidenciales de octubre de 2022, lo que sume en la incertidumbre a 14,6 millones de familias.
Con aquella iniciativa, el presidente consiguió recuperar el terreno perdido en los primeros meses de pandemia por su negacionismo y pésima gestión de la crisis sanitaria.
Pero luego su popularidad volvió a desplomarse hasta el 22 %, su peor nivel desde que llegó al poder, a medida que se fue agravando la pandemia, que ha dejado más de 609.000 muertos en el país, y que la inflación y el desempleo se disparaban.
Con cientos de pedidos de 'impeachment' y cinco investigaciones en su contra, Bolsonaro fue acusado por una comisión del Senado de graves delitos, entre ellos, crímenes contra la humanidad.
Incertidumbre y riesgos fiscales
El primer pago de Auxilio Brasil está previsto para el 17 de noviembre, pero a estas alturas llueven las incertidumbres sobre su financiación y posibles riesgos fiscales.
Una de las grandes diferencias es que el nuevo programa solo estará vigente hasta después de las elecciones presidenciales de octubre de 2022, lo que sume a cerca de 14,6 millones de familias que hasta ahora han recibido Bolsa Familia en un mar de incógnitas.
"Eso va a generar gran inseguridad porque en diciembre de 2022, el Gobierno se volverá a encontrar nuevamente con ese dilema. Y con el problema adicional de que la gestión [del programa] podrá cambiar por las elecciones (...) quien esté saliendo u entrando no tendrá tiempo hábil para cambiarlo", explicó recientemente en una mesa redonda el investigador Manoel Pires.
En principio, todas las familias que se beneficiaron del programa creado por Lula serán incluidas automáticamente en él, pero miles de brasileños confusos hacen colas en las oficinas de programas sociales buscando un poco de información o intentando registrarse.
Se espera que en diciembre se beneficien 17 millones de familias en situación de pobreza o de pobreza extrema, 2,4 millones más que las actuales, y el Gobierno tiene previsto ofrecer 400 reales (unos 73 dólares) por mes, frente a los 189 reales (unos 34 dólares) de Bolsa Familia.
Habrá varias condiciones para recibir el subsidio, entre ellos la escolarización de los menores y adolescentes, tener al día el calendario de vacunación y un acompañamiento del estado nutricional de los niños de hasta siete años de edad.
Modificar el "techo de gasto"
Para poder sacarlo adelante, la Cámara de Diputados aprobó el martes en segunda vuelta un proyecto de enmienda constitucional con el que se postergará el pago de deudas judiciales que el Poder Ejecutivo tiene con terceros y modificar el llamado "techo de gasto", el dispositivo que desde 2017 limita la ampliación del gasto público a la inflación. El texto tiene que pasar ahora por el Senado.
De aprobarse en el Senado, el Gobierno tendrá cerca de 90.000 millones de reales (unos 16.400 millones de dólares) del presupuesto de 2022 para financiar el programa Auxilio Brasil.
El pasado mes de octubre, el ministro de Economía, Paulo Guedes, anunció que podrían ejecutarse unos 5.300 millones de dólares "fuera del techo de gastos" para impulsar los programas de ayudas directas a la población con menores recursos.
Su declaración provocó la dimisión de altos funcionarios del Gobierno, una caída en la bolsa y un repunte del dólar frente al real brasileño.
"Roza la crueldad terminar con un programa social de la magnitud de Bolsa Familia, un programa de transferencias monetarias considerado modelo en el mundo"
Por su parte, la ONG Oxfam criticó duramente el fin de Bolsa Familia y las lagunas que existen en Auxilio Brasil. "Roza la crueldad terminar con un programa social de la magnitud de Bolsa Familia, un programa de transferencias monetarias considerado modelo en el mundo, sin sostener un amplio debate público con la sociedad y concluir la construcción de su reemplazo".
Asimismo, destacó que Auxilio Brasil comienza a operar en noviembre y todavía "no tiene los montos totalmente definidos ni la garantía de los recursos en el Presupuesto de la Unión, a pesar de la positiva intención de aumentar el monto a transferir a las familias".
"Una vez más, el gobierno federal muestra su ineptitud e incompetencia en la gestión de las políticas públicas, especialmente las dirigidas a personas en situación de vulnerabilidad", concluye.
Marta Miera
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