El secretario de Estado para Asuntos Europeos de Francia, Clément Beaune, se ha distanciado de las críticas lanzadas contra Rusia por la situación de los migrantes en la frontera entre Bielorrusia y Polonia, argumentando que Moscú podría ser en realidad "parte de la solución" del problema debido a sus lazos con Minsk.
En declaraciones al medio francés BFMTV este jueves, el funcionario censuró al Gobierno bielorruso por lanzar un "ataque migratorio" que considera está diseñado para "desestabilizar a la Unión Europea".
Beaune se mostró más reservado a la hora de hablar de Rusia. Según él, Moscú no está implicada en el "tráfico" de migrantes y la crisis en la frontera con Polonia -donde permanecen más de 2.000 refugiados, según el servicio fronterizo bielorruso-, señalando que tiene "capacidad de influir" en Minsk para ponerle fin.
"Es obvio que si Rusia no es parte del problema; es al menos parte de la solución, ya que la dependencia de Bielorrusia con Moscú es cada vez mayor", afirmó.
Buscando culpables
Mientras, el presidente bielorruso, Alexánder Lukashenko, negó las acusaciones de varios gobiernos europeos de que la crisis es un intento de socavar a la UE. El miércoles, el mandatario acusó a Estados Unidos de haber "invitado" a los migrantes, kurdos en su mayoría, esperando a que "Europa y Asia Central los acojan".
Por su parte, el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, acusó el martes al líder ruso, Vladímir Putin, de ser el "cerebro" de la situación en la frontera bielorrusa.
Rusia, a su vez, rechazó los señalamientos por la crisis, de la que responsabiliza a la propia UE. El ministro de Exteriores del país, Serguéi Lavrov, valoró este martes la situación recordando las raíces del problema.
"Se origina en la política que los países occidentales, incluidos los miembros de la OTAN y la UE, llevan muchos años implantando en Oriente Medio y el norte de África, tratando de imponerles una vida mejor conforme a los patrones occidentales", dijo.
Lavrov recordó que esta política de Occidente causó "flujos de refugiados sin precedentes" desde Irak, Libia y Siria, entre otros países, por lo que la responsabilidad por la normalización de la crisis recae en "aquellos que crearon las condiciones para que se desatara".