El Gobierno de Alberto Fernández pierde las elecciones legislativas en Argentina

El peronismo se sostiene como la primera minoría en Diputados pero ya no controla el Senado, mientras el macrismo consolida su posición opositora. La extrema derecha llega al Congreso y la izquierda sigue creciendo.

El Gobierno de Alberto Fernández pierde en la votación de medio término de Argentina con un 33,03 % de los votos contra un 41,89 % de la alianza opositora Juntos por el Cambio, con más del 98 % de las mesas escrutadas hacia las 07:30 (hora local). De esta forma, el bloque afín al expresidente Mauricio Macri mejora su posición en el Congreso y el oficialismo tendrá que generar mayores consensos con las distintas bancadas para poder legislar. 

El ministro del Interior, Eduardo de Pedro, informó que la jornada tuvo una participación de casi el 71 % de las personas habilitadas. En este país sudamericano, el voto es obligatorio. Aunque votaron más personas que en las primarias de septiembre, se trata de una importante disminución con respecto a las presidenciales del 2019, cuando había votado casi el 81 % del padrón. 

Si bien es cierto que ya se daba por descontada una derrota del peronismo en esta instancia, antes de conocerse el resultado en el centro de campaña del Frente de Todos algunos dirigentes esperaban reducir la distancia con la oposición: "Acortar la diferencia, ya sería un triunfo", le decía a este medio el diputado Hugo Yasky.

Igualmente, en algunas importantes jurisdicciones, como la Provincia de Buenos Aires –la más poblada del país–, sí se logró emparejar el escenario: el triunfo de la oposición, por ahora, es de tan solo un punto. 

Un Congreso dividido

En caso de sostenerse la tendencia, de las 257 bancas totales que hay en Diputados, el macrismo tendría 116 escaños y el oficialismo 118, sosteniéndose como la primera minoría. En esta votación, se renuevan 127 asientos de toda la cámara baja, a partir de diciembre, cuando asuman los nuevos representantes.

En el Senado, donde el Frente de Todos tenía quórum propio, perdería el control del recinto, y también tendría que negociar con otros partidos. Así, la bancada gubernamental tendría 35 senadores y el macrismo 31, de los 72 escaños totales. El resto, quedaría en manos de otros partidos más pequeños. De todos modos, desde Presidencia dicen que habría "quórum garantizado", al contar con el apoyo de otros frentes aliados. 

El ascenso de la izquierda y la extrema derecha

El Frente de Izquierda y de los Trabajadores - Unidad (FIT-U) se consolidó como la tercera fuerza más votada en las principales urbes del país, sacando casi el 6 %. De esta forma, conserva las dos bancas que ya tenía en la cámara baja y coloca otras dos, incluyendo a Alejandro Vilca, un recolector de residuos que hizo una elección histórica en la norteña provincia de Jujuy. 

En contrapartida, también se confirmó la irrupción de la extrema derecha en el Poder Legislativo, tras el buen resultado cosechado por Avanza Libertad y La Libertad Avanza, dos frentes liderados por economistas mediáticos con nula trayectoria política y un discurso contra la dirigencia tradicional. Así, colocan por primera vez cinco diputados, tras el gran apoyo que recibieron en dos de los distritos más importantes: la Provincia de Buenos Aires y la capital del país.  

"Cometí errores" 

Tras conocerse el resultado, el jefe de Estado brindó un mensaje grabado: "Escuché a centenares de personas, todos y todas necesitan más certidumbres", sostuvo. "Voy a dirigirme a los representantes de las fuerzas políticas, para acordar una agenda tan compartida como sea posible", añadió.

Igualmente, Fernández criticó a la administración anterior por el endeudamiento. "Es tiempo de arreglar el problema de la deuda del Gobierno que me precedió con el Fondo Monetario Internacional", manifestó. A su vez, remarcó que se viene "una etapa nueva" para el país, y reconoció "haber cometido errores" durante su mandato. 

Pensando en lo que viene, el jefe de Estado señaló que se enviará un proyecto de ley para aprobar la renegociación del pago al Fondo, incluyendo todos los avances logrados en los diálogos con el organismo. 

Por su parte, la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, no pudo asistir al centro de campaña oficialista porque le indicaron "reposo", tras haber recibido una intervención médica. "Esta noche no podré estar, como hubiera querido y como siempre he hecho, en el búnker. Abrazo fuerte a todos y a todas", escribió en redes sociales. 

La importancia de esta votación

En estas elecciones el oficialismo pone en juego su liderazgo en el Congreso de cara al segundo tramo de administración. Si bien es cierto que en la Cámara de Diputados el Frente de Todos hoy tiene casi la mitad de las bancas y ya está obligado a negociar para votar leyes, en el Senado tiene la mayoría de los escaños y si obtiene un mal resultado, podría perder su posición dominante.

La conformación del nuevo Poder Legislativo será clave para las medidas que planea aplicar el Gobierno de Alberto Fernández en el próximo período de gestión. De hecho, el Ejecutivo busca tener el consenso de los congresistas para renegociar el pago de la deuda por casi 45.000 millones de dólares con el FMI. Ello, sumado a que los presupuestos anuales necesitan el aval de los legisladores.

Entre tanto, el país sudamericano afronta un difícil contexto económico y social, mientras el peronismo promete una fuerte reactivación de la actividad. Los últimos datos oficiales marcan un 40,6 % de pobreza, agravado por la pandemia y la constante devaluación de la moneda nacional. Es que, los problemas estructurales que recibió Fernández al asumir como jefe de Estado tras los cuatro años de Mauricio Macri en el poder, empeoraron por la emergencia sanitaria.

Frente a ello, la actual administración viene de recibir un duro golpe en las elecciones primarias, cuando obtuvo un 31 % de los votos contra un 40 % de Juntos por el Cambio, afín al expresidente Macri. El resultado significó una abrupta caída en la popularidad del Gobierno, que había logrado la Presidencia en 2019 con un 48 % de votos a favor. Además, la votación de septiembre desencadenó una crisis política que concluyó con la renovación de la mitad del Gabinete, tras las duras críticas de la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner.

Con ese marco, las elecciones de medio término suelen servir para saber si la ciudadanía aprueba o rechaza a la administración en curso. Tras el último mal antecedente electoral, y el fuerte aumento del gasto público para apaciguar el malestar social, Fernández busca acortar la distancia que obtuvo la oposición en la votación de septiembre.

Para el analista político y director ejecutivo de Dossier Geopolítico, Carlos Alberto Pereyra Mele, pese a los malos resultados, la oposición no logrará bloquear las iniciativas del oficialismo en el Congreso gracias al posible apoyo de los partidos minoritarios.

"Es tradicional en la Argentina que esos partidos pequeños negocien permanentemente en la Cámara de Diputados y Senadores las distintas propuestas que hace el oficialismo. Eso es histórico y es evidente que va a permitir seguir adelante con muchas de las decisiones que toma el Gobierno", opina Pereyra.

Leandro Lutzky