A Jair Bolsonaro le indignó que el presidente de Francia, Emmanuel Macron, recibiese la semana pasada en el Palacio del Eliseo a Luiz Inácio Lula da Silva, su mayor enemigo y muy probable adversario en las elecciones de 2022, con un protocolo semejante al reservado a los jefes de Estado.
La visita de Lula, de 76 años, a París estuvo colmada de elogios y Celso Amorim, exministro de Relaciones Exteriores del líder izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), llegó a declarar que el petista es visto en Francia como el "representante del verdadero Brasil".
"En casi 60 años de vida diplomática, no recuerdo haber visto a un expresidente y posible candidato a la Presidencia ser recibido como un jefe de Estado con la guardia de honor y al presidente francés descendiendo hasta las escaleras de entrada para recibirlo", afirmó.
Todo esto le molestó al presidente brasileño, que días antes apareció bastante aislado en una visita a Italia para participar en una reunión del G20 y, según muchos analistas, está convirtiendo a Brasil en un "paria internacional".
El jueves por la noche, en una entrevista a la radio Sociedade da Bahia, Bolsonaro habló del asunto fiel a su estilo: sin pelos en la lengua. "Macron siempre ha estado contra nosotros y siempre nos atacó con el tema de la Amazonía. Como si él y sus antecesores hubieran preservado algo en Francia. Parece una provocación, sí", comentó.
El mandatario fue aún más lejos y tildó a Lula de "corrupto", y de Macron –que se opone al acuerdo entre la Unión Europea y Mercosur por la política ambiental del Bolsonaro– dijo que no representa un "ejemplo". "Ellos se entienden, hablan el mismo lenguaje", añadió.
Las relaciones entre Francia y Brasil estos últimos años han sido especialmente tensas, principalmente por la gestión del Ejecutivo de Bolsonaro en materia de medio ambiente.
En otro golpe al brasileño, Francia anunció este viernes que entregará la Orden Nacional de la Legión de Honor, la más conocida de las distinciones francesas, al senador Randolfe Rodrigues, uno de los mayores adversarios políticos de Bolsonaro, por su "ferviente defensa" del medio ambiente y del Acuerdo de París.
Rodrigues fue además vicepresidente de la comisión que investigó la caótica gestión de la pandemia de Bolsonaro y que acusó al mandatario de una decena de graves delitos, entre ellos crímenes contra la humanidad.
Tensiones entre Francia y Brasil
Las relaciones entre Francia y Brasil estos últimos años han sido especialmente tensas, principalmente por la gestión del Ejecutivo de Bolsonaro en materia de medio ambiente.
Aunque la lista de controversias es larga, uno de los capítulos más incómodos fue durante los graves incendios de 2019 en la Amazonía, cuando Macron soltó: "Nuestra casa se está quemando". El comentario fue calificado por Bolsonaro de "colonialista".
La cosa subió de tono cuando Bolsonaro canceló a última hora un encuentro con el ministro de Asunto Exteriores, Jean-Yves Le Drian, durante una visita a Brasil alegando problemas de agenda, y apareció poco después en un video cortándose el pelo.
También Brigitte Macron, la primera dama, se convirtió en blanco de burlas y comentarios ofensivos acerca de su apariencia física después de que el presidente brasileño aplaudiera en Facebook un comentario sexista sobre la esposa del mandatario francés.
"Gira por Europa"
Durante su gira, Lula también se reunió en Alemania con el futuro canciller Olaf Scholz. "¡Estoy encantado con nuestras conversaciones y espero continuar nuestro diálogo!", tuiteó el alemán.
En el Parlamento Europeo, el petista fue aplaudido tras el discurso que ofreció y en España mantuvo un encuentro con el presidente, Pedro Sánchez.
El líder del PT recuperó el pasado mes de marzo sus derechos políticos después de que el Supremo Tribunal Federal de Brasil (STF) anulase todo los procesos por los que fue sentenciado, y quedó así habilitado para participar en los próximos comicios presidenciales que tendrán lugar en octubre de 2022.
Pese a que todavía no ha confirmado su candidatura, las encuentras ya lo dan como claro favorito. Y su reciente gira por Europa le ha dado un impulso más que positivo incluso en las redes sociales, donde el bolsonarismo tiene una destacada presencia.
Un sondeo de la consultora Quaest indica que el pasado 15 de noviembre, en plena gira por Europa, Lula alcanzó 63,9 puntos en el Índice de Popularidad Digital (IPD), mientras que Bolsonaro, que lideraba desde enero el 'ranking', 57,9 puntos.
Los resultados del veterano político de izquierda contrastan con el viaje de Bolsonaro a Italia. No solo tuvo una limitadísima agenda, sino que ni siquiera participó en la foto grupal de los líderes mundiales, fue objeto de varias protestas y sus agentes de seguridad incluso cargaron contra la prensa brasileña que cubría su viaje.
Marta Miera
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